Los 50 mejores frente al más rico
"El cocinero más rico, Jamie Oliver, por supuesto no aparece en la lista de los 50 mejores restaurantes, por populachero. Me relaja imaginarlo riéndose con sus 185 millones de euros"
Esta semana iba a escribir sobre Victoria Beckham. Tenía dos motivos: el otro día se olvidó a su hijo en la cocina de casa y se dio cuenta cuando ya estaba en el coche (superdrama). Antes había celebrado su cumpleaños de la manera más triste vista en mucho tiempo: en vez de clavar las velitas en un pastel, lo hizo sobre una ensalada de frutas, y colgó la foto en Twitter para enseñársela al resto de descerebradas hipocalóricas del planeta.
Sin embargo, he pensado que Vicky es un tema demasiado profundo para un sábado. Así que vengo con otro más frívolo: la lista de los mejores restaurantes del mundo, que se hizo pública esta semana. Se trata de un top 50 que hace cada año una revista británica llamada Restaurant, pero que a los españoles nos chifla porque siempre salen muchos establecimientos de aquí. En realidad, lo que nos pone es polemizar sobre ella: que si Can Roca es mejor que Noma y debería ser número uno, que si a Subijana le ningunean, que si Berasategui dice que es una patraña… Unos la defienden porque trae gastroturistas a España y crea empleo, en plan Eurovegas; otros la atacan gritando que es puro marketing, como si hubiera algún evento en el siglo XXI que no lo fuera.
A mí, y sospecho que al 99,999% de la humanidad, me trae bastante sin cuidado el resultado de la World's 50 Best. Me alegro por los chefs premiados, pero trato de darle su justo valor: el de agrupar las opiniones personales de una serie de señores y el de proporcionarnos un tema más de conversación. Lo que peor llevo es el tratamiento del top por parte de algunos medios. El martes escribí que cada vez que alguien llamaba a la lista “los Oscar de la gastronomía” moría un gatito por obesidad. Mentía: mueren 100 gatitos. Señores, ¿han pensado ustedes lo que están diciendo? ¿Están seguros de que unos galardones casi centenarios seguidos por millones de personas, otorgados a películas que ven más millones de personas todavía, se pueden comparar con el ranking de restaurantes de lujo de una revista? ¿No se les ocurre una metáfora más sobada y menos apropiada?
La irritación ante el topicazo se me pasó al ver otra lista, la de los más ricos del Sunday Times. Allí el número uno entre los cocineros es Jamie Oliver, quien por supuesto no aparece en la World's 50 Best por populachero y bandarra. Me lo imaginé riéndose de todo este tinglado con sus 185 millones de euros de fortuna en el bolsillo. Y eso, no sé muy bien por qué, me relajó.
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