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Un español en la huerta de los Obama

El cocinero asturiano José Andrés Puerta llegó hace 20 años a Estados Unidos con lo puesto 'Time' lo ha incluido esta semana en la lista de los cien personajes más influyentes del mundo Supervisa lo que se come en la Casa Blanca y también cocina y cena con medio Hollywood

José Andrés y su esposa, Patricia, en la recepción de las pasadas Navidades en la Casa Blanca, junto a Michelle y Barack Obama.
José Andrés y su esposa, Patricia, en la recepción de las pasadas Navidades en la Casa Blanca, junto a Michelle y Barack Obama.Foto cortesía de la Casa Blanca

Cocinando una paella en Londres con Gwyneth Paltrow. Preparando el menú del banquete de boda de Salma Hayek en Venecia. Supervisando el huerto de verduras de la Casa Blanca junto a Michelle Obama. Jugando al póquer en Los Ángeles con Paul Gasol. Cenando con Gloria y Emilio Estefan en Miami. Ayudando a las familias más depauperadas de Haití. Asesorando a Hillary Clinton en materia de seguridad alimentaria. O cenando en la exclusiva reunión anual del Club Alfalfa de Washington, a solo unas mesas de George y Laura Bush.

 Es imposible saber en qué fogones andará metido el cocinero asturiano José Ramón Andrés Puerta, conocido por todos como José Andrés, de 42 años, a quien se considera en EE UU uno de los máximos iconos de la cultura española, al nivel de Almodóvar, Banderas o Cruz. Llegó a Nueva York hace 20 años, con lo puesto, tras pasar por elBulli. Ferran Adrià le echó de allí después de un malentendido y una discusión (ahora son íntimos). Como en toda historia de superación y éxito, tuvo duros comienzos. Probó fortuna en la sucursal en ­Manhattan del restaurante Eldorado Petit, de la familia Cruanyas, que cerró pronto por problemas de gestión.

“Entonces pensé en poner rumbo a Japón, hasta que me llegó la propuesta de abrir un bar de tapas en Washington. Pensé que era una locura, pero decidí arriesgarme y tratar de explicar aquí qué era eso de la tapa”, explica el chef en una entrevista en Washington. Lo dice ante toda la concurrencia de aquel bar de tapas que abrió hace casi 20 años, con el característico nombre de Jaleo. No es exagerado decir que es toda una celebridad. Entre posados para fotografías y firmas de libros, administra un imperio.

Entre los más influyentes del mundo

En su trabajoso ascenso hasta las más altas cumbres sociales y culturales de Estados Unidos, José Andrés ha recibido uno de los máximos reconocimientos en ese país: formar parte de la lista Time 100, que la prestigiosa revista, fundada en 1923, dedica anualmente a las personas más influyentes del mundo y que se hizo pública el martes pasado. Es el primer cocinero español en conseguirlo.

Así reflejaba el chef su reacción en su cuenta de Twitter: “En la lista 2012 Time 100 hay gente increíble. Estoy superorgulloso de estar junto a ellos, pero sobre todo junto a Leo Messi”. Si de premios se trata, poco más podría lograr el asturiano. El año pasado ganó un ‘oscar’ culinario, el premio de la Fundación James Beard de Nueva York. En 2010, el Gobierno le concedió la Orden de las Letras y las Artes de España. Cuando los reyes de España visitaron a los Obama en la Casa Blanca, aquel mismo año, fue José Andrés quien cocinó para ellos. Tiene puertas abiertas en la residencia oficial del presidente de EE UU. “El otro día estuvo allí visitando el huerto junto con Michelle Obama”, revela uno de sus más estrechos colaboradores, como si fuera una rutina más en su agenda.

Solo en Washington tiene siete restaurantes. Hay otros tres en Las Vegas, uno en Los Ángeles y dos en ciernes en Miami y Puerto Rico. Emplea a 800 personas e ingresa 75 millones de dólares (unos 57 millones de euros) al año. Es una presencia permanente en la tele; habitual del programa Today de la NBC, donde cocinó una paella en directo en pleno Rockefeller Center de Nueva York. Aparece también en This Morning, de la CBS, y ha sido entrevistado por David Letterman, Ellen ­DeGeneres, Conan O’Brien y Craig Ferguson.

A José Andrés solo le obsesiona una idea: popularizar los ingredientes y los platos españoles. “No podré descansar hasta que en cada patio trasero de América, junto a cada barbacoa, haya un paellero”, dijo hace años. No parece descansar. Esta semana, por ejemplo, viajó a Catar, al simposio TEDxMidAtlan­tic, para dar un discurso sobre cómo “la cocina puede resolver nuestros peores problemas”, según el programa. Da clases en la Universidad de Harvard. Tiene su propia ONG, World ­Central Kitchen, con la que facilitar alimentos a víctimas de crisis humanitarias. Y el año pasado, la secretaria de Estado Hillary Clinton le eligió como embajador culinario para la Alianza Global por unos Fogones Limpios, cuyo fin es evitar enfermedades provocadas por la mala salubridad en las cocinas del Tercer Mundo.

Cuando puede, José Andrés cuela una referencia a la cocina ibérica en medios de renombre. Por esa laboriosidad, The Wall Street Journal, en su revista mensual dedicada al lujo, le atribuyó cualidades sobrehumanas. “Comparta algo de tiempo con José Andrés y se convencerá de que los chefs son los nuevos superhéroes”, publicaba. “Es capaz de revolucionar restauran­tes, estimular economías y negociar la paz mundial”.

Si los famosos con causa humanitaria son los nuevos superhéroes, José Andrés ha logrado un puesto por derecho en su olimpo. Cuando abrió hace algo más de un año la sucursal de Jaleo en el hotel más chic de Las Vegas, The Cosmopoli­tan, recibió a Ferran Adrià, Juan Mari Arzak, Chris Martin, Gwyneth Paltrow, Cameron Díaz, Alex Rodríguez y David Copperfield, entre otros, para una comida improvisada. Los ojos de EE UU se posaron sobre el restaurante. Y José Andrés, cómo no, sirvió paella valenciana. Qué mejor labor de defensa de la cocina patria.

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