Las Olsen son irreductibles

¿Qué tendrán las gemelas Mary Kate y Ashley Olsen que no tienen Tommy Hilfiger o Donna Karan? Ha causado revuelo en los círculos de la moda estadounidense, desde los showrooms de Manhattan a los escaparates de Rodeo Drive, que las célebres gemelas televisivas, carne permanente del papel cuché, hayan sido incluidas este mes en la primera lista que la revista Time consagra a los 100 mayores iconos de la historia de la moda.

Pero ahí están, junto a Coco Chanel y Miuccia Prada, compartiendo podio con Cristobal Balenciaga y Tom Ford, al nivel, parece, de John Galliano y Alexander McQueen. Se les ha colocado no dentro del apartado de modelos o musas, sino en el reservado a “diseñadores y marcas”. Dice Time: “La primera marca de venta generalizada de las Olsen llegó a Walmart cuando ellas tenían solo 12 años”.

¿Diseños para Walmart, la gran cadena de supermercados? ¿junto a iconos del lujo como Tiffany's o Cartier? El arqueo de ceja de los iluminados de la moda estadounidense ha sido, en consecuencia, hiperbólico. Sobre todo porque en esa lista hay mujeres que, como musas o estilistas, sí han revolucionado la moda. En ella están bulldozers del estilo como Brigitte Bardot, Madonna, Audrey Hepburn, Anna Wintour, Diana de Gales, Michelle Obama y Lady Gaga.

Añade la revista Time, sobre su polémica elección: “Las gemelas han popularizado el look boho chic, una mezcla de capas de prendas caras y baratas, joyas macizas y gafas de sol enormes. Aunque algunas veces se ha criticado esa apariencia por parecer el chic de los sin techo, una buena parte del mundo de la moda se ha unido a ella”.

Las Olsen, nacidas en 1986, se hicieron famosas por turnarse interpretando a la pequeña Michelle en una serie estadounidense que tuvo un notable éxito, Padres forzosos, donde debutaron con nueve meses de edad. Evitando el desastre que eventualmente ha acabado arrastrando a otros niños estrella, como Drew Barrymore, Lindsay Lohan o Macaulay Culkin, las gemelas pusieron notable empeño a una carrera en el cine primero y en la moda después. Ahora tienen varias marcas (The Row, Elizabeth & James y Olsenboye).

Aun así, las Olsen solo tienen que enseñar las facturas para espantar cualquier reticencia. Su imperio de la moda ha superado ya los mil millones de dólares en ventas, según datos del año pasado de la edición estadounidense de Vogue. Es lo que había vendido hasta 2011 su empresa, Dualstar, que agrupa a sus tres marcas. “No sería una gran sorpresa si las pequeñas Ashley y Mary Kate Olsen se convierten en dos de los mayores participantes en el mundo de la moda americana de la mitad del siglo XXI”, escribió entonces Vogue. Y ya se sabe: lo que dice la revista de Anna Wintour va a misa, aunque sea una apología de las creadoras del para muchos doloroso boho chic.