La cementera divide a Montcada i Reixac
El Ayuntamiento pide alargar la moratoria para que Lafarge no pueda empezar a quemar lodos
Por un lado, las entidades vecinales que piden acabar con la incineración en el municipio, "que no nos echen más mierda de la que nos están echando ahora" clamaba su portavoz. Por otro, un grupo de 150 trabajadores de la cementera Lafarge gritando contra la posibilidad de que la planta sea trasladada o, incluso, cerrada. El comité de empresa pide "responsabilidad" a los políticos y les recuerda que su decisión afectará a unos 300 trabajadores.
La polémica tiene como protagonista a Lafarge de Montcada y el anuncio que debe dejar, este mes de enero, de utilizar como combustible residuos fósiles como el carbón, para pasar a quemar lodos provenientes de depuradoras y otros residuos orgánicos. Hace ya tiempo que los vecinos han expresado sus dudas respecto la salubridad de estos desechos y sostienen que estos lodos son "residuos peligrosos y contaminados, ya que son restos que provienen de las depuradoras y habitualmente contienen metales pesados". "Cuando estas sustancias son incineradas no son eliminadas, sino que pasan al aire, cosa que representa un grave riesgo para la salud de la población", aseguran desde la Plataforma.
En todo caso, hace dos años que el consistorio pidió a la Generalitat un informe informativo e, incluso, la presencia del conseller de Medi Ambient, Francesc Baltasar, para explicar ante la ciudadanía los efectos que tendrá este cambio de combustible. El Ayuntamiento afirma que ninguna de las peticiones ha sido oída.
No obstante, el alcalde de Montcada, César Arrizabalaga, confirmó que la semana que viene se reunirá con Baltasar. Mientras, en un pleno extraordinario celebrado ayer, el Ayuntamiento pidió, de forma unánime, que no se conceda la autorización ambiental a la fábrica hasta que la Generalitat presente dicho informe. De hecho, el gobierno catalán concedió en 2008 una moratoria a las cementeras para que pudieran adaptar sus instalaciones a este cambio de combustible. La moratoria vence este enero, pero el consistorio pide que se prorrogue.
La cementera Lafarge dibuja el perfil de Montcada desde 1917, una imponente estructura que se levanta a menos de 200 metros del barrio de Can Sant Joan.
La cementera: "no hay riesgos para la salud"
Lafarge ha argumentado, en una nota de prensa, que el nuevo sistema no solamente es más provechoso para el medio ambiente, al disminuir la producción de CO2, sino que tampoco afectarán la salud de los vecinos.
"Las emisiones se mantienen en todo caso muy por debajo de los estrictos valores exigidos por la legislación vigente, por lo que es infundado hablar de un impacto de la valoración de la salud o el entorno", explica el documento.
Un estudio realizado en 2008 por la Universidad Rovira i Virgil mostró que la calidad del aire y del suelo en diferente puntos de Montcada es comparable a la de otras zonas urbanas y que la proximidad de la fábrica no es influyente.
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