Iberdrola pide más tiempo al Gobierno para decidir el futuro de las nucleares
La empresa envía un escrito al Ministerio de Energía para que cambie la normativa sobre la renovación de licencias
El reloj avanza e Iberdrola no tiene claro que le salga a cuenta pedir la renovación de las licencias de las nucleares en las que tiene participaciones en España para que operen más allá de los 40 años. Duda de que sea rentable seguir con las plantas abiertas y culpa a los impuestos y tasas.
Pero el Ministerio de Hacienda descarta tocar la fiscalidad, al argumentar que Bruselas obliga a gravar este tipo de actividades. Y la empresa ha pedido más tiempo para decidir si le compensa seguir en este negocio. Primero intentó lanzar esta petición al Ministerio de Energía a través de las centrales en las que comparte la propiedad con otras eléctricas. Pero Endesa —el principal operador atómico del país— no quiere oír hablar de un cierre nuclear en España.
Iberdrola ha tenido que realizar la petición oficial desde Cofrentes, la única central que controla al 100%. La compañía ha enviado un escrito al ministro Álvaro Nadal en el que pide más margen para "analizar una eventual decisión de solicitar la renovación".
La norma actual establece que el proceso de renovación de la licencia de una central se debe iniciar tres años antes de que caduque el permiso vigente. Iberdrola quiere que se reduzca a un año. "Sobre este tema, no hay una decisión tomada", responde el ministerio. Si no se cambia, dos de las centrales en las que Iberdrola comparte la propiedad con Endesa —Almaraz y Vandellòs— tendrán que presentar sus solicitudes de renovación ya. Almaraz en junio y Vandellòs en julio.
"Relevantes pérdidas"
El escrito que la compañía de Ignacio Sánchez Galán —en el que se mencionan las "relevantes pérdidas acumuladas durante los últimos años"— es idéntico al que Iberdrola intentó que se aprobara en los consejos de administración de las centrales en las que tiene compartida la propiedad con Gas Natural y, principalmente, con Endesa.
El desencuentro entre Endesa e Iberdrola en el sector nuclear es enorme. En Garoña, por ejemplo, Iberdrola apuesta por desistir ya de la reapertura y Endesa quiere esperar a ver qué decide el Gobierno sobre la licencia, algo para lo que tiene de plazo hasta agosto. Para afianzar su postura, la empresa de Galán esgrime un informe de la consultora PriceWaterhouseCoopers en el que cifra en cerca de mil millones las pérdidas que acarrearía reabrir Garoña y llevarla hasta los 60 años.
En el caso del resto de centrales, Iberdrola apuesta por acortar ese plazo de tres a un año para la solicitud de la renovación de la licencia. Endesa presentó una contraoferta de escrito sobre los plazos para solicitar esa renovación. En ese documento se señala que "con un mínimo de 16 meses de antelación a la expiración" de cada autorización "el titular podrá solicitar del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital una nueva autorización". Esto supondría pasar de tres años a 16 meses para la solicitud formal. Sin embargo, Endesa mantenía en su propuesta que, tres años antes, los titulares de las centrales deberían empezar a enviar información al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) para que se comenzara a evaluar la renovación.
Iberdrola rechazó la propuesta de Endesa y decidió enviar la suya por su cuenta a través de la central de Cofrentes.
ENEL confirma el cierre de las centrales de carbón Teruel y Compostilla
El grupo italiano ENEL, el principal accionista de Endesa, confirmó ayer el cierre en junio de 2020 de las centrales de carbón Compostilla (León) y Teruel. El Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA) acudió ayer en Roma a la junta de accionistas de ENEL y preguntó por estas dos centrales. Endesa, en su plan estratégico para el periodo 2017-2019, señalaba que "no se prevén inversiones en carbón nacional por las condiciones del mercado". Esto implica que no se harán las obras de mejora para adaptarse a los nuevos estándares europeos de contaminación en Compostilla y Teruel. Y, si no se acometen esas obras, las plantas deben cerrar en 2020, aunque Endesa rechazaba admitirlo abiertamente.
ENEL lo reconoció ayer: "En base a la vigente normativa ambiental y teniendo en cuenta las actuales condiciones del mercado, tendrán que ser cerradas antes del 30 de junio de 2020".
"Se trata de un primer paso pero también es necesario un plan de cierre para el resto de sus centrales térmicas", señaló ayer IIDMA, que felicitó a ENEL. "No tiene sentido seguir apostando por un modelo basado en la quema de carbón, uno de los combustibles más contaminantes y más nocivos para nuestra salud, al existir otras alternativas más limpias para producir electricidad", añadió a través de un comunicado IIDMA.
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