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Draghi logra una importante victoria con el aval alemán a su programa de compra de deuda

El Constitucional acepta el plan lanzado por el BCE en 2012, que hasta ahora no ha sido utilizado

Luis Doncel

El Tribunal Constitucional alemán avaló el martes una de las decisiones más importantes adoptadas nunca por el Banco Central Europeo (BCE). El programa de compra de deuda que Mario Draghi se sacó de la manga en septiembre de 2012, en el momento más duro de la crisis del euro, respeta la legalidad alemana. Con esta decisión, los jueces de Karlsruhe allanan el camino a posibles intervenciones futuras del BCE y evitan un choque de legitimidades entre la Justicia europea y la alemana. Y quizás lo más importante: otorgan una sonora victoria al BCE, que ve salvaguardada su credibilidad.

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario DraghiEFE
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Un veredicto negativo, pronunciado a solo dos días del referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la UE, podría haber convulsionado los mercados y sembrado dudas sobre la capacidad de la eurozona para asegurar su supervivencia.

Los jueces alemanes examinaban el plan que el presidente del BCE resumió en unas palabras cuyos efectos aún hoy resuenan. “Haré lo que sea” para asegurar la estabilidad de la unión monetaria, dijo el italiano. Acompañó este discurso con un plan potencialmente ilimitado de compra de deuda en el mercado secundario que, pese a no haber sido nunca utilizado, tuvo un efecto casi mágico para reducir la presión sobre los países más vulnerables de la eurozona, entre ellos España. Cuatro años y muchos rifirrafes políticos y jurídicos después, ya no quedan dudas sobre la legalidad de esta iniciativa.

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C. P., Bruselas

“Tomamos nota”. El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, respiró el martes aliviado al despejarse uno de los muchos frentes a los que debe enfrentarse: judiciales (quedan otras decisiones en Karlsruhe) o estrictamente económicos, con la inflación muy por debajo del objetivo de Fráncfort.

Draghi subrayó ante la Eurocámara que la sentencia “confirma que el programa OMT [de compra de bonos, que nunca se ha activado] es compatible con la legislación europea y está dentro del mandato del BCE”.

Tal y como se esperaba, el más alto tribunal de Alemania le da a Draghi un “sí, pero”. El BCE puede, en caso de necesidad, apoyar a los países con problemas comprando deuda. El pero llega con las condiciones que acompañan al veredicto: si el Bundesbank participa en el futuro en una operación de este tipo, deberá hacerlo bajo la observación del Gobierno y el Parlamento alemán.

Los jueces de Karlsruhe quieren así asegurarse de que una hipotética compra de deuda se haga siempre conforme a la legislación europea, que impide al BCE financiar directamente a los Estados miembros. La compra de títulos de un país no podrá anunciarse con anterioridad, el volumen tendrá que ser limitado, y entre la emisión de un título y su compra por parte del BCE no podrá pasar más de un plazo determinado previamente. Las condiciones son, en cualquier caso, parecidas a las que ya impuso el Tribunal de Justicia de la UE; y no evitan la sensación de fracaso para aquellos que se opusieron a la compra de deuda. En este grupo, sobresale el Bundesbank.

Críticas alemanas

El veredicto del martes respondía a una demanda presentada por más de 35.000 ciudadanos alemanes —una heterogénea mezcla de profesores universitarios, el grupo parlamentario del partido Die Linke (La Izquierda) y un diputado de la CSU bávara, entre otros— contra el programa conocido como OMT. Los jueces del Constitucional se refieren, por tanto, a la operación lanzada hace cuatro años, y no a las compras de deuda actuales en las que se ha embarcado el BCE.

Los dos programas difieren tanto en su diseño como en su objetivo. El BCE no trata ahora tanto de ayudar a los países más débiles de la eurozona, sino hacer todo lo posible para acercarse al objetivo de inflación cercano al 2%, algo que por ahora está lejos de conseguir. Pese a que el veredicto no se refiera al programa actual, un veto alemán habría tenido importantes consecuencias en los mercados y en las compras de deuda que el BCE lleva a cabo cada mes por un valor de 80.000 millones de euros.

En Alemania, los más críticos con Draghi veían este juicio como la última posibilidad de limitar el poder del BCE. Y tardaron muy poco en mostrar su disconformidad. A los pocos minutos de conocerse el fallo, Clemens Fuest, presidente del instituto económico Ifo, reprochaba al Constitucional no haberse atrevido a imponer más condiciones al BCE de lo que ya hizo el Tribunal de la UE. “Es una lástima, porque es evidente que el objetivo del programa OMT es facilitar el acceso al crédito a los países muy endeudados. Y los riesgos asociados los soportan los contribuyentes alemanes sin que el Bundestag [Parlamento alemán] lo haya votado”, añadió el economista.

Es cierto que, con su sentencia, los jueces alemanes validan la opinión que en junio del año pasado dio el Tribunal de Justicia de la UE, que consideró el plan de Draghi perfectamente compatible con las normas europeas. Y lo hacen a costa de los argumentos que ellos mismos habían presentado. En una decisión sorprendente, el Constitucional alemán envió la cuestión al Tribunal de Luxemburgo para que fuera este el que decidiera sobre su legalidad al tiempo que mostraba su disconformidad con el programa.

Marcel Fratzscher, presidente del instituto económico berlinés DIW, se alegra del giro que acaba de dar el Constitucional. "El fallo supone un éxito para el BCE, cuyo plan logró evitar una profunda depresión a la eurozona. Podríamos habernos ahorrado todo este proceso y sus daños; pero tras estas sentencia no creo que vayan a llegar nuevos procesos contra el BCE", concluye Fratzscher.

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Sobre la firma

Luis Doncel
Es jefe de sección de Internacional. Antes fue jefe de sección de Economía y corresponsal en Berlín y Bruselas. Desde 2007 ha cubierto la crisis inmobiliaria y del euro, el rescate a España y los efectos en Alemania de la crisis migratoria de 2015, además de eventos internacionales como tres elecciones alemanas o reuniones del FMI y el BCE.

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