Lagarde llama a “cruzar líneas rojas políticas” para salvar la reactivación
El Fondo ve poco realista pedirle a Grecia un superávit del 3,5%
Christine Lagarde, directora gerente del FMI, arrancó su discurso principal de las reuniones de primavera de Washington con una analogía con el tiempo que hace estos días en la capital de Estados Unidos: el sol es cálido, pero el viento resulta helado. Es, a su juicio, lo que ocurre con la economía mundial; y es, también, lo que justifica un llamamiento contundente a que los Gobiernos impulsen medidas que salven la reactivación: para unos países significan más reformas, para otros más gasto público. “También puede significar para algunos cruzar algunas líneas rojas políticas”, dijo.
El FMI, en un mensaje muy dirigido a Berlín, ha pedido especialmente a la zona euro que se apuren las costuras del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, por el que los países se comprometen a no generar un déficit público superior al 2,8%, y a seguir adelante con las reformas.
Además, del parón global, la economía europea se enfrenta a sus propios incendios, una crisis griega con aspecto de eternizarse, y la posibilidad cada vez más inquietante de que el Reino Unido opte por salir del club de la Unión.
“Ha sido un largo matrimonio entre los miembros de la UE y espero que no se rompa, como todos los matrimonios, las buenas charlas pueden ayudar”, afirmó en la rueda de prensa la directora gerente del Fondo. El organismo está preparando un capítulo específico, dentro del informe anual que elabora sobre el Reino Unido , que cuantifique los riesgos de un Brexit, que ha resaltado como un importante peligro económico para toda Europa. Lagarde llamó a las partes a pensar “más allá de su círculo domésticos” y lamentó que se haya “infravalorado ampliamente” el activo que supone “mantener a Europa unida”.
Es un mensaje que se enfatiza menos a la hora de hablar de los problemas de Grecia, que afronta otra dura negociación para lograr los 86.000 millones pendientes del rescate. El FMI —que aún no ha comprometido un solo dólar para el tercer plan de salvamento financiero del país—, pide una reestructuración de la deuda helena, del 180% del PIB, que haga más factible su pago, pero pide a cambio más ajustes fiscales al país, ya muy empobrecido. El Fondo y la UE discrepan de la estrategia a seguir con Grecia.
¿Es realista pedirle a Grecia un superávit primario (sin contar el pago de intereses por su deuda) del 3,5%?, preguntaron a Lagarde. Es lo que piden las autoridades europeas. La jefa del FMI fue contundente: “Somos escépticos con eso, aunque puede conseguirse en el medio plazo con un esfuerzo verdaderamente heroico”, dijo, para recalcar que “lo que es muy poco realista es creer que esto lo puedan mantener durante décadas”.
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