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“El Deutsche Bank olvidó su negocio tradicional y se engañó”

El autor repasa en su último libro las violaciones de la ley cometidas por la entidad alemana

L. Doncel
Wolfgang Hetzer, en la Feria de Fráncfort en octubre de 2015
Wolfgang Hetzer, en la Feria de Fráncfort en octubre de 2015Uwe Zucchi

Wolfgang Hetzer dirigió de 2002 a 2013 un departamento de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude. El año pasado publicó su libro ¿Es el Deutsche Bank una organización criminal?, en el que hace un repaso de los escándalos e ilegalidades que ha cometido el mayor banco de Alemania en los últimos años. Manipulación en los mercados de divisas, compra fraudulenta en el mercado de la electricidad, encubrimiento de pérdidas del italiano Banca Monte dei Paschi, fraude en las negociaciones de derechos de emisión de CO2... Tan solo la enumeración de violaciones de la ley protagonizadas por el Deutsche ocupan tres páginas del libro. “No basta en ningún caso con señalar a un par de ovejas descarriadas para descargarse de la culpa”, señala Hetzer.

Pregunta. ¿Cuándo empezaron las cosas a torcerse en el Deutsche Bank?

Respuesta. Los problemas comenzaron cuando el banco decidió convertirse en una entidad internacional de banca de inversión sin tener una tradición ni un conocimiento para ello. Se lanzaron a asumir unos riesgos a los que al final no han podido hacer frente. Como ha ocurrido en otras entidades financieras, el Deutsche Bank mostró una actitud arrogante y sobrevaloró sus capacidades.

P. ¿Qué decisiones concretas marcan este cambio?

R. Hubo por una parte un cúmulo de organización defectuosa y falta de controles. Por otro, decidieron apartarse de su actividad tradicional, que era la financiación de las empresas productivas, y asumieron una tradición anglosajona en la forma de hacer negocios. En resumen, adoptaron una serie de decisiones estratégicas erróneas en las que predominó el autoengaño.

P. Usted se pregunta en su libro si se puede considerar al banco como una organización criminal, pero no da una respuesta.

R. En el libro describo las actividades desarrolladas por el banco en los últimos años; y las comparo con las de la mafia o una organización criminal. En algunos aspectos es difícil separar las prácticas de una organización y otra. Por eso quiero hacer la distinción: sería injusto hacia miles y miles de empleados decir que el Deutsche Bank es una organización criminal; pero en algunas de sus prácticas no se diferencia demasiado.

P. ¿Cree que el escándalo puede ir a más?

R. No puedo imaginarme mucho más. Estamos hablando del Deutsche Bank, en el que no solo cuentan los datos financieros, sino que afecta directamente a la imagen y reputación del país. Esto no es una caja regional, sino el Deutsche Bank, el banco con mayúsculas en Alemania.

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Sobre la firma

L. Doncel
Es jefe de sección de Internacional. Antes fue jefe de sección de Economía y corresponsal en Berlín y Bruselas. Desde 2007 ha cubierto la crisis inmobiliaria y del euro, el rescate a España y los efectos en Alemania de la crisis migratoria de 2015, además de eventos internacionales como tres elecciones alemanas o reuniones del FMI y el BCE.

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