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La Seguridad Social cerró 2012 con el déficit más abultado de su historia

Los ingresos fiscales crecen por el alza de impuestos y la caída de devoluciones

Cristóbal Montoro en el pleno del Senado, en Madrid.
Cristóbal Montoro en el pleno del Senado, en Madrid.U. MARTÍN (EL PAÍS)

La sangría incesante de empleo combinada con el aumento constante de pensionistas ha llevado a la Seguridad Social a cerrar 2012 con el déficit más abultado de su historia. En total, los números rojos se elevaron a 10.131 millones de euros, un 0,96% del PIB, según los datos que facilitó ayer el Ministerio de Empleo. Solo en 1996 hubo un dato similar (0,9%), aunque entonces las cotizaciones también se hacían cargo del grueso del gasto sanitario, algo que ahora no sucede.

Cuando se habla de contabilidad nacional, la Seguridad Social está compuesta por tres patas: el sistema de pensiones, el seguro de desempleo y el Fondo de Garantía Salarial. Las tres cerraron el año con más gastos que ingresos. En el primer caso el déficit llegó al 0,85%; en el segundo, el 0,02%; y el Fogasa, el 0,09%. La foto final de 2012 empeora considerablemente la de 2011, cuando el déficit quedó en el 0,1%.

Por lo que respecta a las pensiones, un capítulo en el que también se integran las mutuas laborales, el desfase ascendió a casi 9.000 millones, si se mide según los criterios que marca Bruselas para la contabilidad nacional. La diferencia desciende a unos 5.812 millones cuando se habla exclusivamente de la ejecución presupuestaria.

El cierre final de ejercicio ha sido muy distinto del que se había presupuestado en principio. Entonces el Ministerio de Hacienda pronosticó que el año acabaría con unas cuentas equilibradas, es decir, sin déficit ni superávit. Ni los expertos ni la Comision Europea se lo creyeron. De hecho, el Gobierno ya admitió el pasado octubre que el déficit de la Seguridad Social se iría a los 10.500 millones.

En los presupuestos de 2012, Hacienda había sobredimensionado los ingresos por cotizaciones, que han acabado en 5.200 millones por debajo de los 106.322 previstos. Y al mismo tiempo había infravalorado los gastos. Solo el desembolso en pensiones ha superado en 1.500 millones lo pensado.

Del mal estado de las cuentas habla la no revalorización de las pensiones por el IPC

De la precaria situación de las cuentas de la Seguridad Social, hablan varios capítulos sucedidos en 2012. El más polémico y famoso fue la no revalorización de las pensiones de acuerdo al IPC, que supuso una pérdida de poder adquisitivo de los jubilados de 1,9 puntos. Otro episodio ha sido el recurso al ahorro acumulado durante la época de bonanza. En 2012, para poder hacer frente al pago en pensiones, la Seguridad Social empleó unos 11.500 millones procedentes del Fondo de Reserva y el sobrante de la gestión de las mutuas laborales.

Mejor suerte ha corrido la Administración central. En este caso, la desviación sobre los cálculos iniciales apenas ha sido de tres décimas del PIB (unos 3.000 millones de euros). Y eso que a mitad de año el Gobierno arrancó de Bruselas más margen para cumplir con el déficit. La meta final conjunta para el Estado y la Seguridad Social quedaba en el 4,5% del PIB. El Ejecutivo contaba con reducir la desviación del Estado hasta el 3,5% para dejar hueco al desfase de la Seguridad Social. Casi lo logra. El déficit de la Administración central quedó en el 3,84%.

Esto fue posible por las sucesivas subidas de impuestos. El Gobierno aprobó en 2012 casi medio centenar de cambios fiscales para subir la recaudación.

La ejecución presupuestaria del Estado divulgada ayer por el Ministerio de Hacienda revela un fuerte aumento de los ingresos tributarios en el mes de diciembre, que sirvió para cumplir con los pronósticos del presupuesto. La recaudación por IVA creció ese mes un 176% respecto al mismo periodo del año anterior y los ingresos por el impuesto de Sociedades aumentaron un 112%. Lo recolectado por Hacienda por estos impuestos en diciembre figura entre las mayores cosechas mensuales registradas por el fisco. Una parte de esta subida se explica por el aumento en septiembre del IVA —el tipo general pasó del 18% al 21%— y por el nuevo pago fraccionado del impuesto de sociedades. Pero otra buena parte del fuerte engordamiento de las arcas públicas fue por el retraso de las devoluciones tributarias. Esto supone un aplazamiento de los pagos a los contribuyentes que han pagado de más en liquidaciones anteriores. Este dinero eleva de forma ficticia los ingresos de diciembre porque la Agencia Tributaria tendrá que pagar esas reclamaciones en los próximos meses.

En diciembre del año pasado, la Agencia Tributaria pagó 1.973 millones de euros menos en devoluciones de IVA a los contribuyentes respecto al año anterior, un 56% menos. En el impuesto de sociedades se redujeron en 855 millones comparado con diciembre de 2011 (un 91% menos) y las del IRPF descendieron en 290 millones menos (una caída del 53,9%). En total, Hacienda redujo las devoluciones tributarias en 3.791 millones en 2012, lo que supone una disminución del 10,2%. El Ministerio de Hacienda justifica este descenso “tanto por la propia debilidad de la economía como a un mayor control tributario”, argumentó ayer el departamento que dirige Cristóbal Montoro en un comunicado. Y agregó: “Hacienda ha vigilado con mayor rigor la procedencia de las devoluciones utilizando los plazos que otorga la ley”.

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