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Reportaje:Empresas & sectores

La Caixa pone más semillas

La entidad reorganiza sus vehículos de capital riesgo para especializarse en TIC y tecnologías médicas y biológicas

Lluís Pellicer

Siete años después de la creación de su gestora de capital riesgo, La Caixa ha logrado crear un ecosistema de empresas tecnológicas y aspira a conformar una masa crítica de sociedades de biotecnología y ciencias médicas. Para ello, Caixa Capital Risc ha reorganizado sus vehículos de inversión y los ha especializado en esos dos sectores. A su vez, la cartera de recursos gestionados, hoy de 35 millones de euros, irá creciendo hasta los 50 millones. La gestora de la entidad que preside Isidro Fainé, además, estudia ahora lanzar un tercer vehículo inversor para el sector industrial que impulse proyectos de innovación.

La división de capital riesgo de La Caixa nació como parte de la sociedad de participadas industriales. De hecho, a comienzos de la década de 2000, la entidad participó en dos operaciones sonadas: la compra del 30% de Panrico y del 20% de la cadena de supermercados Caprabo. En 2004, el actual director de Riesgos de La Caixa y presidente de Caixa Capital Risc, Marcelino Armenter, recibió el encargo de dar una vuelta de tuerca a ese vehículo: pasar de lo grande a lo micro. Surgió entonces el embrión de la actual gestora junto a otros dos proyectos:

En la cartera de participadas están Privalia, Groupalia u Omnia Molecular
Desde 2004, la división de capital riesgo ha invertido en 80 compañías

Microbank, que se ocupa de la concesión de microcréditos, y el programa de vivienda social. "Dimos la vuelta a la gestora y pasamos al capital semilla o inicio, que es donde hay más necesidad, con el objetivo de maximizar el impacto social de la actividad", asegura Armenter.

Desde entonces, Caixa Capital Risc ha invertido en más de 80 empresas, con algunos casos de éxito. El más conocido, el de Privalia. Todo empieza siempre con la idea de un emprendedor. Esa es una condición necesaria, pero no suficiente. Luego viene el plan de negocio y, posteriormente, la financiación. La entidad que dirige Juan María Nin ha recibido este año 450 solicitudes de inversión, que, según Armenter, podían encajar en los proyectos que impulsa la gestora. De estos, unas 200 empresas innovadoras de reciente creación reciben un préstamo participativo de 50.000 euros. "Esa aportación nos permite entrar en la empresa y tratar de entenderla y ver si el modelo de negocio es sólido, constatar que no haya conflictos de interés o ver si son capaces de ser independientes", afirma Armenter.

Tras este paso, llega el momento de decidir si se apuesta o no por esa empresa. Entrar en el capital supone pasar a ser socios del proyecto e involucrarse en los asuntos estratégicos a través de su presencia en el consejo de administración. Tras el labrado, se siembra finalmente en una docena de empresas al año.

Sin embargo, a partir de ahora, la gestora ya no se organizará en función de las fases que debe ir superando cada empresa, sino del sector en el que se halla. Esa reorganización se debe sobre todo a la necesidad de especializar los vehículos de inversión, en especial para el de empresas vinculadas con las ciencias de la vida, que son muy intensivas en recursos humanos y cuyo periodo de maduración es mucho más largo que el de las empresas tecnológicas. De hecho, entre las 22 personas que forman el equipo de la gestora hay varios científicos. Por ello, Caixa Capital Risc ha reclasificado sus inversiones vivas y ha creado dos nuevos vehículos.

Por una parte, Caixa Capital TIC estará orientada a la inversión en empresas de software, movilidad e Internet, que recibirán una aportación media de dos millones de euros. En la cartera de ese vehículo están Privalia, Groupalia,

i-neumáticos, Zyncro, Good Deal,

Apesoft y Genasys. Por otra parte, Caixa Capital Biomed se dedicará a empresas biotecnológicas y de tecnologías médicas que se hallen en sus primeras fases de vida cuya inversión media será igualmente de unos dos millones de euros. Entre sus participadas están Omnia Molecular, Laboratorios Sanifit, Sabirmedical, Sagetis Biotech,

Genmedica Therapeutics y Medlumics. En ambos vehículos hay una participación minoritaria del Instituto Catalán de Finanzas (ICF) y ENISA. Para las empresas en fases más embrionarias, en las que ofrece préstamos participativos, La Caixa se ha dotado de Caixa Capital Micro.

La obtención de capital no garantiza el éxito empresarial, y por cada empresa que culmina con éxito su proceso de maduración, dos se quedan en el camino. Sin embargo, Caixa Capital Risc mantiene una tasa interna de retorno (TIR) positiva del 4%. Aun así, el objetivo es crear ese ecosistema de empresas con impacto económico y social en el entorno. "No abundan las microempresas especializadas en ciencias de la vida en España y nos hemos dado cuenta de que los inversores extranjeros entran en estas empresas cuando ven que tienen socios españoles", explica Armenter. Por ello, La Caixa busca un "efecto arrastre". "Hemos constatado que por cada euro que invertimos en un proyecto entran dos más de otras compañías, por ejemplo, de capital riesgo", afirma Armenter.

Ese ecosistema ha empezado ya a tomar forma, puesto que las empresas en las que ha ido entrando La Caixa han ido construyendo una red de instituciones que colaboran con la entidad para detectar las inversiones potenciales, desde escuelas de negocios como Iese y Esade hasta cámaras de comercio, instituciones públicas o mentores. El objetivo, de nuevo, identificar los mejores proyectos y a los empresarios de mañana.

Un premio para nuevas 'privalias'

Privalia es el caso de éxito por antonomasia de los que han pasado por La Caixa. El outlet digital o club de compras nació en 2006 como microempresa y ahora factura ya más de 400 millones y, tras una nueva ronda de financiación de 88 millones en la que participaron varios fondos extranjeros, se hizo con la alemana Dress for Less, con lo que dio el salto a Alemania tras estar ya en México, Italia y Brasil. La Caixa todavía conserva algunas participaciones, aunque pequeñas, en esa empresa, que ha cumplido con creces los objetivos que se impusieron. El director de riesgos de La Caixa, Marcelino Armenter, explica que la salida de un proyecto se produce cuando este ya ha madurado o cuando evoluciona de una forma distinta a la prevista.

"Los casos de éxito son necesarios para la rentabilidad de los vehículos", asegura Marcelino Armenter. Para hallar nuevas privalias y dar oportunidades a los empresarios primerizos, la entidad ha creado el Premio Emprendedor XXI. En la edición de este año han intentado registrarse unos 1.200 aspirantes, de los cuales pasaron la primera criba alrededor de 600 al cumplir los requisitos necesarios. Los premios van dirigidos a los ámbitos a los que se destinan los recursos de los vehículos de capital de La Caixa: el negocio digital y de Internet, las ciencias de la vida y las tecnologías para energías limpias. El ganador no solo se lleva un premio económico, sino que también participa en cursos de formación que imparten las escuelas de negocios Iese y Esade, realizan stages en universidades como Cambridge y reciben dinero para realizar puentes tecnológicos, viajes de networking y estancias de orientación profesional, sobre todo en San Francisco, la Meca del mundo digital. -

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.
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