Rosell propone empleos por 400 euros contra el paro
Los sindicatos rechazan la iniciativa de la patronal
La patronal quiere combatir el paro con empleos que tengan un sueldo de 400 euros al mes, "más 150 para cotizaciones", según contó ayer su presidente, Juan Rosell. La CEOE ha importado el modelo de Alemania -otra vez Alemania-, donde hay 6,8 millones de personas con estos contratos. Rosell admitió que este no es el mejor empleo posible. De hecho, no es ni uno de segunda, según el simil que Rosell usó en la cadena SER, donde comparó los "minijobs [miniempleo]" con jugar en "campos de regional".
La situación económica es tan grave que, para la patronal, requiere "medidas excepcionales". Y ahí se enmarca este tipo de propuestas. Los empleos a 400 euros fueron una idea que barajó el ahora Gobierno en funciones el pasado agosto en respuesta a la carta del Banco Central Europeo en la que demandaba más flexibilidad laboral. Entonces la oposición del Ministerio de Trabajo a lo que defendían en la Presidencia del Gobierno y el Ministerio de Economía frenó la medida.
Los agentes sociales coinciden en acabar con la bonificación de los contratos
A falta de ver cómo se concreta la idea de la CEOE, que todavía no ha sido presentada oficialmente a los sindicatos para negociarse, los minijobs parecen ser una fórmula más de empleo a tiempo parcial. Así se deduce de las explicaciones de Rosell que dijo que era un empleo "por pocas horas que se podía compatibilizar con otro empleo o con las prestaciones por desempleo".
A los sindicatos la propuesta no les gusta. El secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, rechazó la idea. Recordó que en España ya hay un salario mínimo interprofesional. "Lo del empleo barato es una pasada", responde tajante el secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer. "Además, se acepta en situaciones excepcionales y luego se queda permanente", zanja.
Donde sí coinciden centrales de trabajadores y patronal es en la conveniencia de eliminar las bonificaciones a la contratación. También ayer el líder de UGT, Cándido Méndez, lanzó la idea de que los 3.000 millones de euros que se emplean en este menester se dediquen a subvencionar los despidos, de tal forma que los empresarios paguen menos pero el trabajador reciba el mismo dinero. Tanto Toxo como Rosell recogieron el guante y se mostraron dispuestos a profundizar en un camino ya abierto con la reforma laboral de 2010 (desde entonces, el Fogasa paga ocho días de los 20 que corresponden en los despidos procedentes).
Sindicatos y empresarios están negociando con el horizonte del 6 de enero que el futuro presidente, Mariano Rajoy, les dio de plazo para presentarle algún tipo de acuerdo. Sobre la mesa hay varios temas. En unos, el pacto parece inminente (desarrollo de procedimientos de mediación y arbitraje o absentismo y mutuas); en otros, posible (prórroga del pacto salarial) y en otros casi está descartado (contratación y negociación colectiva).
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