Los médicos de Cataluña y Galicia van a la huelga contra los recortes
Los sindicatos mayoritarios convocan paros a cuatro días de las elecciones - "Si los ajustes siguen otro año, esto se hunde", justifica el sector catalán
Los tijeretazos en sanidad pública han agotado la paciencia del personal médico hasta desencadenar sendas huelgas en Cataluña y Galicia a cuatro días de las elecciones. El sindicato mayoritario catalán convocó ayer un paro los días 16 y 17 de este mes para echar un pulso al Gobierno de CiU aprovechando la cercanía de las elecciones y aseguró que desconvocará la huelga si la Generalitat garantiza que dará marcha atrás en los ajustes a partir de 2012. Los sindicatos gallegos, por su parte, convocaron una huelga el día 17 en contra la voluntad de la Xunta, gobernada por el PP, de suprimir unos 1.600 puestos de médicos.
La tensión se concreta en un momento crítico especialmente en Cataluña, donde el sector considera inviable el efecto de los recortes a medio plazo. "No queremos influir en los comicios pero los recortes parecen no tener fin", lamentó ayer el presidente del sindicato Médicos de Cataluña, Albert Tomàs. "Si los ajustes siguen otro año, esto se hunde", añadió para justificar la huelga convocada en los 492 centros sanitarios públicos y concertados que prestan cobertura gratuita a los pacientes. El sindicato, que agrupa al grueso de los 16.500 facultativos que trabajan en la red sanitaria gratuita, atribuyó la crisis a "la nefasta gestión de los ajustes" realizada por el consejero de Salud, Boi Ruiz.
Las operaciones en los centros públicos catalanes han caído alrededor de un 35%
En Galicia, el malestar de los médicos de primaria y hospitalaria con los recortes de personal del Servicio Gallego de Salud (Sergas) responde al anuncio del Sergas de que aplicará una tasa de reposición del 10% y cubrirá por tanto 176 plazas de las 1.760 vacantes de este año. El colectivo médico se pregunta quién va a realizar la función de los 1.600 puestos que desaparecen mientras alerta del "deterioro" de la sanidad pública. El Sergas justifica su decisión señalando que la tasa de reposición la marcan los Presupuestos Generales del Estado.
A diferencia de la huelga convocada en Galicia, el descontento de los médicos catalanes viene de lejos. El último ajuste de la Generalitat, que pretende ahorrar unos 45 millones de euros del salario del personal sanitario, ha enojado a un sector que experimenta recortes desde que CiU alcanzó la Generalitat. Tras el tijeretazo presupuestario del 10% aplicado este año, de unos 1.000 millones de euros, la Generalitat ha cerrado progresivamente camas hospitalarias, quirófanos y ha reducido el turno y las guardias del personal.
La cercanía electoral permite al sector presionar a la Generalitat en el peor escenario imaginado por los convergentes. El ajuste en sanidad pública, la partida más afectada por los recortes, se ha consolidado como la cara más visible de la política de contención aplicada por CiU y el arma más utilizada por sus rivales electorales en Cataluña en un momento en que los convergentes temen el auge electoral del PP en esta comunidad. El desgaste de los convergentes a cuenta de los recortes, ya palpable en las últimas elecciones municipales, se ha acrecentado en las últimas encuestas de intención de voto tras el cierre parcial de algunos hospitales públicos para ahorrar. "La sanidad pública y los pacientes no tienen que pagar los platos rotos del déficit público", resumió Tomàs. "Nuestra voluntad es negociar día y noche para poder desconvocar la huelga", precisó.
Parece difícil: el personal médico reclama recuperar el presupuesto que la sanidad pública tenía antes del ajuste y restablecer la actividad asistencial y las condiciones laborales. Precisamente lo contrario que ha anunciado el consejero Boi Ruiz, que pretende consolidar el recorte. "Incluso hay información de que prevé aplicar otro recorte del 4,8%", admitió Tomàs.
Tras 10 meses de recortes, los hospitales públicos se han visto forzados a reducir su actividad: las operaciones quirúrgicas han caído entre el 30% y el 40% mientras la lista de espera aumentó el 23% hasta junio, última cifra oficial que no incluye el efecto del cierre de quirófanos aplicado a partir de verano. "Están hundiendo la sanidad", concluyó Tomàs.
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