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Reportaje:moda

El imperio del lujo recibe en casa

Loewe se suma a la estrategia de otras grandes firmas de abrir las puertas de sus procesos al público

Las jornadas de puertas abiertas llega también a los santos lugares de la moda. Ya no solo abren las puertas al público el Congreso o los estudios de arquitectura. El imperio del lujo LVMH, que tiene en nómina desde firmas como Louis Vuitton, Céline, Givenchy hasta el champán Moët&Chandon, ha decidido adoptar esta estrategia de marketing y dejar entrar a sus santuarios al común de los mortales. Les Journées Particulières, así han llamado a este pasen y vean que llega a España a través de Loewe, otra de las firmas bajo el paraguas de LVMH. Así, mañana (de 10.00 a 20.00) y el domingo (de 10.00 a 18.00) cualquiera puede acercarse a la casa madre, en Gran Vía 8, y ver in situ todo el proceso que va desde el rollo de piel hasta que se convierte en el bolso Amazon, uno de los más vendidos desde hace lustros.

La primera parada es una mesa repleta de rollos de magnífica piel de varios colores. Y detrás de la mesa, Simó Escayola, un ingeniero químico, que aterrizó en la firma hace ocho años. Su trabajo empieza cuando el diseñador (Stuart Vevers) ha decidido la colección de la próxima temporada. "Él me dice qué tipo de texturas y qué tipo de pieles quiere y yo las busco", explica el especialista. El 90% de esas pieles procede de animales que han sido sacrificados para alimentación, vamos, para vender en la carnicería. Y según el objeto (un bolso o una falda), se elige un animal u otro.

Decidido este trámite, hay que ver que el animal produzca "la calidad exigida en Loewe", precisa Escayola. "Hay muchos corderos por el mundo, pero el mejor está desde Madrid para arriba por el clima y la raza". Luego llega la elección del mejor curtidor, que después de 165 años de historia de la casa "más que proveedores, tenemos amigos", dice.

El maestro artesano Francisco Guzmán (36 años en la empresa) monta como si fuera un puzle las cuatro piezas de las que se compone el bolso. "Todo se hace manual para que quede en perfecto estado", informa. ¿Lo más difícil de su trabajo? "Coger una pieza de un dibujo y verlo después en la tienda expuesto y que no se haya caído por el camino". Lo mejor: "Que sea el buque insignia de la tienda". Esta casa "no da cifras" cuando se le pregunta por el negocio. El bolso sí se sabe lo que cuesta: 1.100 euros (el más pequeño).

Un trabajador de Loewe comprueba la calidad de las pieles.
Un trabajador de Loewe comprueba la calidad de las pieles.B. PÉREZ
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