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EE UU acusa a dirigentes chavistas de narcotráfico y apoyo a las FARC

Venezuela achaca las imputaciones a las políticas de hostilidad de Washington

La Oficina de Control de Bienes Extranjeros, adscrita al Departamento del Tesoro de EE UU, acusó el jueves a cuatro nuevas figuras del chavismo de "actuar a favor o en nombre de la organización narcoterrorista las Fuerzas Armadas Revolucionarias Unidas de Colombia (FARC), a menudo en el apoyo directo de sus actividades de narcotráfico y tráfico de armas". Se trata del exalcalde de Caracas y diputado del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) Freddy Bernal; el general Clíver Alcalá Cordones, comandante de la IV División Blindada del Ejército; el diputado al Parlamento latinoamericano y dirigente del PSUV Amílcar Figueroa; y el oficial del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), Ramón Madriz Moreno. Como consecuencia, ninguno de ellos podrá establecer negocios con ciudadanos o empresas norteamericanas y, en caso de que los tuvieran, sus bienes en Estados Unidos serían congelados.

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De este modo, el jueves aumentó a siete el número de altos cargos venezolanos incluidos desde 2008 en la lista negra del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, acusados de colaborar con las redes del narcotráfico y el terrorismo en la región. Están allí los nombres de un exministro del Interior y Justicia, de tres generales en activo, de dos diputados del Partido Socialista Unido de Venezuela y de un funcionario del Servicio Bolivariano de Inteligencia. Pero por muy alto que señale la DEA (la Agencia Antidrogas de EE UU), nada parece indicar que las relaciones entre Caracas y Washington dejen de ser las mismas que en la última década. Es decir, por un lado, gruñidos en la diplomacia, y por otro, sonrisas para los negocios.

Cabe recordar que, en septiembre de 2008, ya habían sido señalados como responsables de los mismos supuestos delitos tres hombres aún más importantes dentro del Gobierno de Hugo Chávez. Se trataba del exministro del Interior y Justicia de Venezuela, Ramón Rodríguez Chacín; del actual jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada, Henry Rangel Silva; y del director de Inteligencia Militar, Hugo Carvajal. En aquella oportunidad, el presidente Chávez manifestó: "Quiero salir en defensa de esos tres dignos soldados de esta patria y de la revolución acusados por el imperialismo", tras calificar de "infamia" tal acusación.

Para esa fecha, la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) enviaba un promedio de 1,05 millones de barriles de crudo a Estados Unidos, de acuerdo a los registros de la Administración de Información Energética (EAI, por sus siglas en inglés), brazo estadístico del Departamento de Energía de Washington. En octubre de 2008 la cifra aumentó levemente, a 1,16 millones de barriles diarios.

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Esta vez ha sido la Cancillería venezolana la que ha rechazado "con toda contundencia" los señalamientos del Departamento del Tesoro, a través de un comunicado de 10 líneas difundido el jueves. "Este tipo de acciones se suman a las permanentes campañas de difamación orquestadas desde los centros del poder imperial estadounidense, con el objetivo expreso de darle sustento a las políticas de hostilidad hacia nuestra patria", decía uno de los párrafos del documento. En las siguientes 24 horas, el presidente Chávez -muy dado a los discursos "antiimperialistas"- no le dedicó ni una palabra a este episodio.

Pdvsa, la empresa estatal que financia la revolución, es a día de hoy el cuarto proveedor de petróleo más importante de EE UU, mientras el "imperio" sigue siendo su principal cliente. Hasta junio de 2011, Pdvsa vendía a Estados Unidos un promedio de 1,07 millones de barriles diarios de crudo y productos derivados, que representan cerca de un 45% de su producción de 2,4 millones de barriles diarios, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Los negocios han sido así de prósperos, pese a la hostilidad que ha caracterizado las relaciones bilaterales. A pesar de que Chávez asegura que Washington conspira para derrocarlo y de que Washington responda que Chávez es una amenaza para la democracia continental.

El presidente venezolano, Hugo Chávez, saluda en una conmemoración militar en Caracas el 4 de agosto.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, saluda en una conmemoración militar en Caracas el 4 de agosto.REUTERS

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