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Bellver se muestra partidario de derribar la Casa del Relojero

El edificio, frente a la catedral de Valencia, está protegido por Patrimonio

El concejal de Urbanismo en el Ayuntamiento de Valencia, Jorge Bellver, defendió ayer el derribo del edificio municipal conocido como la Casa del Relojero, a escasos metros de la catedral, y así levantar una zona verde en su lugar. El inmueble, en clara situación de abandono, está catalogado como Bien de Interés Cultural por la Generalitat. El Ayuntamiento ha hecho una petición a la Dirección General de Patrimonio de la Generalitat Valenciana para proceder a su demolición.

Así lo expresó el concejal de Urbanismo Jorge Bellver, que aseguró que la intención del Consistorio es "respaldar la propuesta de los vecinos" de que ese espacio sea una zona verde.

La Casa del Relojero, situada frente al Micalet y cuya construcción se remonta, al menos, al siglo XVIII, está catalogada como Bien de Interés Cultural. Para proceder a su derribo, la Dirección General de Patrimonio tendría que descatalogarla.

La situación de degradación del edificio es evidente desde hace años. Su rehabilitación está pendiente desde que el Ayuntamiento la aprobase en 1993, dentro del plan de restauración del barrio de El Mercat. Entonces, el Gobierno local recomendaba mantener la trama de los edificios próximos a los monumentos del centro histórico para que se disfrutaran tal y como fueron concebidos. La Casa del Relojero lleva años apuntalada y cubierta con lonas ante el riesgo de caída de cascotes sobre los viandantes.

La pasada semana, el concejal socialista Vicent Sarrià denunció la situación en que se encuentra el edificio, lamentando que miles de turistas pasen por una de las zonas monumentales de Valencia contemplando su lamentable estado. El PSPV acusó a Bellver de "propiciar la ruina de ese edificio para demolerlo" mientras la "Consejería de Cultura se niega rotundamente a ese proyecto de derribo". "Tanto los técnicos de la Consejería de Cultura como los expertos en patrimonio consideran un despropósito derribar este emblemático edificio y modificar la trama urbana" indicó Sarriá. "Entre otras cosas", añadió "porque se pierde la perspectiva y realce del Micalet que se tuvo en cuenta cuando se construyó, además de suponer un atropello patrimonial contrario al planeamiento vigente". Sarrià pidió que se encargue a la empresa municipal Aumsa un proyecto de rehabilitación. Los socialistas llevan años pidiendo que se restaure el edificio y que se construya uno al costado para dotar al barrio de equipamientos de uso social o cultural o incluso una sede para la Junta de Distrito de Ciutat Vella.

Bellver contestó ayer a Sarrià que la Dirección General de Patrimonio sugiere la venta del solar para la construcción de viviendas, algo que le resultaría al Consistorio "muy ventajoso económicamente". El edil indicó que el Ayuntamiento prefiere, sin embargo, respaldar a los vecinos, que se decantan por un jardín.

En el Partido Socialista aseguran que es cierto que algunos vecinos apoyan la reconversión en zona verde del solar que resultaría del derribo, pero niegan que exista un colectivo vecinal que lo solicite como tal. En 2001, la asociación de vecinos del centro histórico de Valencia manifestó su deseo de adquirir la propiedad del edificio para acometer su rehabilitación integral.

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