Los Carpinteros, al límite
El dúo cubano imparte un taller de creación en la fundación Montenmedio
Marco Antonio Castillo y Dagoberto Rodríguez nacieron y se educaron en Cuba, un país, como ellos dicen, "lleno de peculiaridades políticas y sociales". Siendo niños, y después, en su etapa de estudiantes, tuvieron que pasar temporadas alejados de sus padres. Todas estas circunstancias, dicen, les han ayudado a formarse como artistas, a convertirse en el dúo Los Carpinteros y a saber utilizar estas "situaciones complejas", como las define Castillo, en su obra.
Otros 27 artistas podrán este fin de semana aprender a sacarle jugo a los momentos de tensión de sus vidas. Pero no tendrán que pasar varios años en Cuba, les bastará con asistir al taller que Los Carpinteros imparten en la Fundación NMAC Montenmedio de Arte Contemporáneo, en Vejer (Cádiz), que dirige Jimena Blázquez.
El equipo enseña a otros 27 artistas a aprovechar situaciones complejas
Marco Antonio Castillo no pretende que de aquí salgan aprendices de carpinteros. Todos los alumnos que asisten tienen experiencia previa y dominan técnicas artísticas, cada uno en su especialidad y estilo. "Lo que intentamos es sensibilizarles sobre sus experiencias personales para que les sirvan de fuentes de inspiración", comenta. Y para lograrlo usarán charlas y debates en torno al propio proceso de creación de Los Carpinteros, o sobre las experiencias de otros creadores que llevan su arte "a límites físicos, que agreden sus cuerpos, los exponen, y usan sus crisis como materia prima".
El título del taller, Situación límite, incide en el punto de partida que utilizan Los Carpinteros en sus obras. Pero no todo tiene que ser tensión o crisis en el arte, aclara Castillo. También se puede crear desde una situación de tranquilidad, "esto es sólo una arista más, un punto de vista".
"A veces los talleres no tienen la misión de transformarte", explica, "sino que lo que hacemos es echarte una cucharadita de un ingrediente especial en la inspiración que ya tienen los artistas". Asegura que las clases sólo tienen carácter de ejercicio: "Aquí no hay que sufrir. Quien viene, además, lo hace por voluntad propia, buscando esta idea".
Y han sido muchos los que han acudido a la llamada. El taller ha tenido tal poder de convocatoria, que las preinscripciones sobrepasaron pronto el límite de 27 alumnos impuesto por Castillo y Rodríguez para sus clases. Los aspirantes tuvieron que pasar una selección y, al final, la organización logró incluir a otras cinco personas que asistirán estos días como oyentes a las conferencias. Ni uno más. Se trata de que los alumnos aprendan a crear a partir de sus tensiones, no de que las propias clases, abarrotadas, se conviertan en sí mismas en una fuente de tensión.
El interés suscitado se explica, además de por la categoría de sus profesores, por la exclusividad del taller. Es la segunda convocatoria de este tipo que llevan a cabo Los Carpinteros. Sólo han impartido otro taller similar en San Francisco, en el Art Institute. Todo un lujo para celebrar el décimo aniversario de la Fundación NMAC Montenmedio de Arte Contemporáneo.
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