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Una octava 'fortissima'

Las Cortes inician la nueva legislatura con los grupos políticos en tensión

La octava legislatura de las Cortes Valencianas arrancó ayer con la constitución de la Cámara y la elección de la Mesa, que preside desde ayer Juan Cotino. Y lo hizo con una intensidad fortissima, con tensión, tanto dentro como fuera del Parlamento. Dentro los diputados electos y el Consell en pleno, fuera los indignados del Movimiento 15-M.

Los cuatro grupos parlamentarios -¡cuatro!, que, como afirmó el presidente de la edad de la mesa, el popular Rafael Maluenda, es la demostración de que aunque exista una barrera electoral del 5% ésta se puede saltar- se preocuparon de fijar posiciones de arranque desde el minuto cero.

Lo hizo el grupo parlamentario de Compromís, que se encontró antes del inicio de la sesión constituyente con que les faltaba un asiento. Situación que obligó a los servicios de la Cámara a colocar lo más rápidamente una butaca para que el diputado más joven de las Cortes, Fran Ferri, pudiese ocupar su escaño tras abandonar la mesa de edad. "Como no esperaban que estuviésemos...", dijo Mònica Oltra. "...Ni que fuésemos tantos", apostilló Mireia Mollà.

La corrupción, la tensión social y las generales marcan el clima político

Resuelto el problema, se inició la sesión y el popular Maluenda, al que por edad correspondió presidir el acto hasta la elección de la Mesa de las Cortes, marcó el territorio. Habituado a marcar el ritmo de la claque de la bancada popular, Maluenda no se pudo resistir a felicitar públicamente al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y al Partido Popular por la "victoria histórica conseguida" y dejar en segundo término al resto de la Cámara.

En esta ansiedad por marcar territorio, los cinco diputados de Esquerra Unida prometieron su cargo de representantes valencianos con la coletilla "...por la clase trabajadora, por la ética y por el valenciano".

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Réplica que dieron los seis diputados de Compromís en la votación de los componentes de la Mesa. El PP votó a sus candidatos, el PSPV a los suyos, Esquerra Unida a los propios y Compromís anuló sus papeletas con las inscripciones "democracia, decencia y transparencia".

Los socialistas, la mayoría de ellos novatos, intentaron pasar de la manera más desapercibida posible a la espera de situarse. Situación que no impidió al portavoz y secretario general del PSPV aprovechar la sesión constituyente para intentar engrasar con los portavoces de Compromís, Enric Morera, y EU, Marga Sanz, algunos pactos de progreso pendientes de confirmar en los ayuntamientos que se constituirán el próximo sábado.

Con la Mesa de las Cortes constituida, el nuevo presidente, Juan Cotino juró su cargo ante la cruz, la Biblia, la Constitución y Els Furs y pronunció un discurso, para sorpresa de algunos, de tono institucional, bien construido, y en el que animó a los diputados a trabajar "con cabeza y corazón" pero "sin descalificaciones".

Un deseo que tendrá que enfrentarse a un ambiente hostil conformado por la relativa proximidad de unas elecciones generales, los sumarios de los casos Gürtel y Brugal que atenazan al propio presidente de la Generalitat y de la bancada popular, y los conflictos sociales existentes.

Algunos generados por las políticas del Consell, como el provocado por la intención de acabar con el modelo lingüístico consensuado en la Llei d'Ús i Ensenyament del Valencià. Otros provocados por el malestar social que ayer llevo el Movimiento 15-M a las puertas del Parlamento y generó los primeros encontronazos entre policía y manifestantes.

Situaciones que ayer afloraron en la Cámara. Los populares tuvieron que bracear en los pasillos para intentar dar explicaciones inverosímiles sobre los regalos y las sonrojantes conversaciones del caso Brugal, mientras la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, y su antecesor Luis Díaz Alperi intentaban que la sesión constitutiva no se les hiciese eterna.

En la oposición, todos los diputados adornaron sus solapas con chapas metálicas en las que aparecía el lema Sí al valencià, mientras el consejero de Educación en funciones y flamante vicepresidente primero de la Mesa de las Cortes, Alejandro Font de Mora, intentaba pasar lo más desapercibido posible. Mensaje al que las diputadas de EU Marina Albiol y Esther López añadieron el de sus respectivas camisetas, a favor de la segunda flotilla humanitaria que viajará a los territorios ocupados por Israel con el lema Rumbo a Gaza y Por la tercera República.

Tras la sesión, tanto Compromís como Esquerra Unida rechazaron acudir al cóctel oficial en el patio de las Cortes con el argumento de la austeridad. De modo que el escenario fue ocupado por populares y socialistas, dirigentes empresariales y representantes de varios sindicatos. Aunque todo sin mucho glamour.

Mientras, en la calle, Compromís y EU compitieron por sintonizar con los indignados del 15-M. Hasta el punto de que Mònica Oltra llegó a discutir con el subdelegado del Gobierno, Luis Felipe Martínez, sobre la actuación policial. Una situación en la que el diputado verde de Compromís, Juan Ponce, se llevó un porrazo policial en medio del rifirrafe y un buen número de diputados fueron abucheados sin ton ni son.

Con estos mimbres arranca la octava legislatura, con una intensidad fortissima, que si nadie lo remedia puede acabar quasi comme un inferno.

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