Imágenes para ver y tocar
Juan Torre expone una serie de fotografías hechas con una técnica para que los ciegos puedan apreciarlas - La muestra suma 40 obras
Juan Torre (Getxo, 1956) trabajó como fotógrafo en periódicos y revistas de España y Venezuela hasta que una enfermedad le afectó a la vista. Atrás quedó entonces el premio Fotopress que recibió en 1985 o los rodajes de películas en las que se ocupó de la foto fija. En 1991, se incoproporó a la ONCE, la organización nacional de ciegos, mientras siguieron vivas su pasión por la fotografía y la música. Ambas han cuajado en un proyecto que permite a los ciegos apreciar a través del tacto las imágenes captadas por una cámara. El resultado se puede comprobar en la exposición Imágenes para tocar, inaugurada ayer en Bilbao.
Imágenes para tocar reúne una colección de 40 retratos de músicos positivados con un ligero relieve. Una nueva técnica, desarrollada a la medida de los deseos de Torre por la empresa de Zamudio Estudios Durero, convierte las luces y las sombras de las fotografías en volúmenes, con una altura máxima de tres milímetros. La exposición se ha dividido en dos partes que se exhiben en la Sala Ondore de la Diputación de Vizcaya (María Díaz de Haro, 11) y en la Sala BBK (Gran Vía, 19).
La exposición, dividida en dos salas, reúne una serie de retratos a músicos
"Para todo el mundo es un valor poder tocar las obras", apunta su autor
La idea surgió hace ya unos años, cuando el autor observaba una fotografía del baterista Sonny Emory. El músico figura en la imagen vestido de blanco y en en plena faena, golpeando con las baquetas el instrumento. "Me inspiró esa foto en la que Sonny Emery parece salir de la oscuridad", explica. Y así puso en marcha el proyecto de crear unas imágenes que ayudaran a salir de la oscuridad a quienes no pueden ver.
Fito Cabrales, Luz Casal, Miguel Ríos o Enrique Villareal, El Drogas, entre otros músicos, posaron para Torre. Paco de Lucía, por ejemplo, se dejo retratar haciendo el gesto de tocar la guitarra, pero sin guitarra. Mikel Erentxun posó con los ojos vendados y Benito Lertxundi lo hizo rompiendo su seriedad con un monóculo.
Todos los músicos colaboraron sin problemas, aunque el fotógrafo les pilló a algunos ya con un pie en el escenario y a otros, en pleno concierto.
Torre apenas ve un 8% por un ojo, pero asumió el reto de realizar los retratos. "El oficio queda. Cuando yo trabajaba en prensa era todo muy rápido. Aprendes a moverte y a buscar el encuadre. Me dejó un poso que facilita la tarea", apunta.
Ahora disfruta pensando que su iniciativa permite acercarse a las fotografías personas que renunciaron a imaginarlas porque no podían verlas. "La experiencia es impactante para los ciegos, se quedan alucinados y me lo agradecen", resalta Torre. Con todo, subraya que su obra es fotografía no solo para invidentes. "La técnica está empezando y abre muchos caminos", explica. "Para los ciegos es un salto cualitativo, pero para todo el mundo es un valor poder tocar las obras", concluye.
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