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Elecciones municipales y autonómicas
Columna
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Inauguraciones e indignaciones

Francisco Franco Bahamonde inauguraba algo todos los días, una vez a la semana fuera de temporada, lo suficiente para figurar en todas las ediciones del noticiario cinematográfico. "Franco, Franco,Franco, no vemos el modo de irnos al cine y no verte en el No-Do" cantábamos los niños a media voz para no incurrir en excelentísimo desacato.

El pequeño dictador superlativo no inauguraba pantanos, su especialidad, por razones electorales como los políticos de hoy, inauguraba para dejarse ver y admirar por sus callados súbditos y recordarles que solo él, el ungido, era capaz de luchar contra los efectos de la pertinaz sequía que asolaba endémicamente nuestra tierra y poner en marcha poderosas infraestructuras industriales y de obras públicas. Nada que ver con el rosario de inauguraciones de chichinabo que engarzan en vísperas de elecciones los candidatos que se presentan a la reelección y necesitan demostrar ante sus electores todo lo que han hecho por ellos durante su mandato e indicarles que podrían seguir haciéndolo, incluso mucho mejor si les renuevan su confianza.

Los candidatos de la oposición, apartados de la maratón se plantean otro tipo de ceremonias

Solo los políticos que gobiernan pueden inaugurar a sus anchas y jactarse de sus hazañas públicas dejando a los opositores con las manos vacías y un palmo de narices. Por eso, los reglamentos electorales ponen fecha tope a las inauguraciones y prohíben efectuarlas en tiempo de campaña. La existencia de ese plazo legal obliga a los inauguradores a emprender lo que este periódico llamaba ayer: "Maratón de los políticos para inaugurar en plazo legal", una áspera y complicada competición en estos tiempos críticos en los que la construcción ha caído en barrena, una prueba que exige este año grandes dosis de ingenio, desfachatez y desparpajo.

Todo vale, desde la inauguración de carreteras por tramos, un kilómetro hoy otro mañana, y hospitales por pisos, truco favorito de la presidenta madrileña, hoy inauguramos la cuarta planta porque vienen visitas y las otras ya veremos. El récord de la presente precampaña lo ostenta sin duda el campechano y desfachatado Carlos Fabra con su aeropuerto sin permisos de vuelo y sin aviones. Las aeronaves explicaba el capo castellonense hubieran impedido a los visitantes pasear por las novísimas pistas y contemplar a sus anchas la placa que certifica que fue él, el ínclito, el mentor de tan peculiar infraestructura, inviable según todas las predicciones. El complejo aeronáutico, regalo de despedida del valetudinario valedor y muñidor levantino conseguirá de aquí a poco otra plusmarca, la de ser el único aeropuerto del mundo con siniestralidad cero.

En estos ajetreados días los políticos han inaugurado farolas y jardineras, de una en una, con el preceptivo corte de cinta y de mangas a sus rivales. La caída del sector textil especializado en alfombras rojas a causa del caso Gürtel, se ha compensado con miles de metros de cintas del mismo color. Irreprochables expertos certifican que con las cintas desplegadas en estas fechas podría circunvalarse el perímetro peninsular y aún sobraría para envolver los dos archipiélagos, Ceuta y Melilla. En la maratón inaugural participan políticos de todos los partidos con mando en plaza mientras sus respectivos opositores se aúnan para criticarlos por su oportunismo y su ventajismo, practicando aquello de ver la paja en el ojo ajeno y no percibir la viga en el propio.

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Los candidatos de la oposición, descalificados y apartados de la maratón se indignan y plantean otro tipo de ceremonias y controversias. Además de escenificar su reconciliación con Trinidad Jiménez, con ilusión, con valores, contigo, el candidato Tomás Gómez clama contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica citando como texto de cabecera el ¡Indignaos!, exitoso panfleto dedicado a los jóvenes del nonagenario diplomático francés Stéphan Hessel. En el prólogo a la edición española, el imprescindible José Luis Sampedro, coetáneo del autor, resume: "¡Indignaos! Hoy se trata de no sucumbir bajo el huracán destructor del consumismo voraz y de la distracción mediática mientras nos aplican los recortes".

Los recortes los aplican hoy desde el Gobierno de la nación los correligionarios de Tomás Gómez y a sus opositores les parecen poco. La indignación del candidato madrileño tendría que dirigirse como sugiere Sampedro contra "los financieros, culpables indiscutibles de la crisis", esos mismos financieros que hace unos días confraternizaban en La Moncloa con Zapatero y le agradecían los servicios prestados.

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