_
_
_
_
Ola de cambio en el mundo árabe

La ola de protestas contra la corrupción en Siria desafía al régimen de El Asad

Enric González

Como en Túnez, la revuelta siria comenzó con una discusión entre un vendedor y un policía. El pasado 17 de febrero, un comerciante del mercado viejo de Damasco fue vejado por un agente y cientos de personas se pusieron de su lado, lanzando gritos contra la corrupción y los abusos de poder. Fue el punto de partida de una cadena de protestas. El viernes, la policía mató al menos a tres manifestantes en la ciudad de Deraa, cercana a Jordania. Ayer, la policía atacó con gases lacrimógenos a la multitud que acudió a los funerales de las tres víctimas.

Los funerales se celebraron a las afueras de Deraa y congregaron a varios miles de personas que coreaban la frase "Dios, Siria, libertad" y lanzaban críticas al Gobierno del presidente Bachar el Asad. Las fuerzas de seguridad cortaron los accesos a Deraa y cargaron contra la manifestación. Testimonios citados por France Presse dijeron que hubo varios heridos y al menos un detenido.

La policía mató el viernes a tres manifestantes en la ciudad de Deraa
Más información
Cinco países árabes se suman a la coalición internacional contra Gadafi
Tercer día de protestas en Siria contra el régimen de El Asad

Al anochecer, el Gobierno envió helicópteros y policías de refuerzo a Deraa. Un comunicado oficial acusó a "elementos infiltrados" de haber disparado contra la multitud en los disturbios del viernes y anunció una investigación.

Las protestas registradas en los últimos días constituyeron el desafío más grave al régimen de El Asad desde que en diciembre comenzó en Túnez una revuelta extendida ya, en mayor o menor medida, a todos los países árabes y norteafricanos. El jueves fueron encarceladas y procesadas 32 personas, bajo la acusación de causar "daño a la reputación del Estado". En Homs, Banias y en la capital, Damasco, las oraciones del viernes concluyeron en manifestaciones que fueron disueltas por las fuerzas de seguridad.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Hasta solo un mes atrás se consideraba poco probable que la revuelta prendiera en Siria, dadas las características del régimen. El presidente El Asad, que heredó el puesto de su padre en 2000, gozaba de una relativa popularidad, y el régimen del partido único Baas dejaba tan pocos resquicios de libertad que cualquier conato de rebelión parecía condenado de antemano. El país permanece bajo estado de excepción desde 1963 y la policía secreta domina todos los ámbitos. La libertad de expresión, en lo que se refiere a la política y a las críticas al régimen en particular, es prácticamente nula.

Pero finalmente hubo contagio, alentado por el deterioro de una economía basada en un sector público ineficiente y con una creciente deuda.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_