Los embargos por la estafa de Mundo Mágico ahogan a cientos de familias
El banco cobra, 10 años después, préstamos que la justicia considera nulos
La nómina de Albert Massana adelgaza. En diciembre, apenas ingresó 200 euros. La culpa no es de su empresa, que le paga el sueldo de siempre; ni de la crisis, que ha dejado en la calle al 20% de sus compañeros. Lo que ahoga a este barcelonés de 43 años es el embargo al que, cada mes, le somete el banco. Massana debe saldar las deudas de un crédito que pidió hace 10 años para pagar un apartamento de verano que resultó ser una engañifa.
Como cientos de familias en España y miles más en toda Europa, los Massana fueron víctimas de la estafa de la multipropiedad, que durante años tuvo la Costa del Sol como epicentro. El negocio consistía en adquirir parte de la propiedad de un alojamiento turístico para disfrutarlo, por turnos, con otros compradores. A veces, los apartamentos ni existían. Massana compró uno de esos títulos de multipropiedad a la empresa Mundo Mágico, que desapareció sin dejar rastro en 2003. El matrimonio contrajo la deuda con el BBVA y no disfrutó de un solo día de vacaciones.
La familia Massana se endeudó para pagar un alojamiento que nunca disfrutó
"Pensábamos que era una buena solución para las vacaciones, pero ha acabado siendo la ruina. Siempre pringamos los de abajo", dice Massana, que no ve la forma de poner fin a la pesadilla. Desde julio de 2010, ha tenido que afrontar el pago de unos 30.000 euros por el préstamo inicial que se le concedió, más los intereses. El embargo le ha obligado a hacer sacrificios. "Hemos tenido que apretarnos el cinturón y pedir ayuda a la familia. Hasta que esto se solucione, vivimos con lo mínimo", lamenta.
Una década después de la estafa, los embargos contra los afectados de Mundo Mágico se suceden. Y eso, a pesar de las sentencias judiciales que han declarado nulos los contratos de préstamo ligados a la multipropiedad. Es lo que le ha ocurrido a Massana, que ganó el juicio en noviembre pero sigue pagando al banco. Las cantidades le serán devueltas, previsiblemente, cuando otro juez, en un procedimiento distinto, decida paralizar la ejecución del embargo. Otros han tenido más fortuna. La última sentencia ganada condena al banco a devolver 3.000 euros que los afectados ya habían pagado por el préstamo.
La actitud del banco y la burocracia judicial dejan a cientos de personas con el agua al cuello en plena crisis. Las cantidades adeudadas oscilan entre 3.000 y 40.000 euros. Las situaciones son dispares. Hay quienes han renunciado a sus derechos y, por miedo, han decidido pagar y pasar página. Los que no lo han hecho, sufren las consecuencias. Algunos han visto cómo se les embargaba el piso. Otros han acudido a la familia o han pedido adelantos en sus empresas. Hay, incluso, personas que han entrado en el registro de morosos.
El BBVA lo ve de otro modo. Ha alcanzado acuerdos con algunos clientes y, en el resto de casos, exige la devolución de los préstamos. "Si no reclamamos el dinero es un problema. Debemos mantener los procesos abiertos hasta que el juez se pronuncie en cada caso. El banco respetará lo que diga la justicia", señalan fuentes del banco, que es "un perjudicado más" de la suspensión de pagos de Mundo Mágico.
Con la multipropiedad ocurre algo parecido a lo que sucedió tras el cierre de las academias de inglés Opening en 2002. Miles de alumnos habían solicitado créditos a los bancos para pagar los cursos. "Aquellos contratos de financiación, como estos del BBVA, deben considerarse nulos cuando cesa la actividad de la empresa, porque van ligados a ese servicio que no se ha recibido", detalla el abogado David Moreras, del despacho Aequo Advocats, que lleva, desde Barcelona, la defensa de más de 100 familias víctimas del timo de la multipropiedad.
La sombra de Mundo Mágico es alargada. En 2003 se interpuso una demanda colectiva y un juez suspendió de forma cautelar la ejecución de préstamos. Más tarde, el juzgado precisó que las demandas debían ser individuales y la suspensión quedó anulada. Las consecuencias no se palparon de inmediato. Massana, por ejemplo, vivió tranquilo hasta julio de 2010, cuando empezó a sufrir el embargo.
Hasta ahora, el resultado ha sido contundente: afectados 12, banco 0. La entidad financiera, sin embargo, sigue ejecutando los préstamos. "Esto es lo grave del caso", lamenta Moreras, quien recuerda que la financiación ha resultado en todos los casos nula de pleno derecho. "El banco no recurre las sentencias, pero prefiere seguir probando suerte. Y si alguna familia paga, le compensa seguir en los otros procesos. Es David contra Goliat", sentencia Massana, que denuncia una actuación "ilegítima".
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