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Entrevista:ALMUERZO CON... ALBERTO CRUZ

"La agresión no ha cambiado mi política"

Amelia Castilla

Hace una semana que a Pedro Alberto Cruz (Murcia, 1972) dejó de preocuparle el reloj. A eso de las 18.25, más o menos la hora en que fue agredido el 15 de enero, el consejero de Cultura murciano empezaba a consultar con taquicardia la hora. "Mi capacidad para olvidar es enorme. Un incidente así te obliga a recuperar los pequeños matices, las cosas que te hacen feliz. Si te ocurre algo traumático la tendencia inicial es volverte grosero y no quería que eso sucediera", cuenta este político del Partido Popular, entre sorbo y sorbo de una suave sopa de pollo.

Ha optado por un restaurante plagado de plantas, uno de esos locales un tanto zen, donde la decoración de los platos forma parte del encanto. "Comer no es mi fuerte. Como a los niños, me gustan las cosas más sencillas", añade justificando sus gustos culinarios. Habla bajito, suave y viste de negro de la cabeza a los pies.

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Pedro Alberto Cruz se encuentra de visita en Madrid, donde presenta su nuevo libro Diario de la decepción (Aforismos). Los actos públicos y las lecciones que imparte en la facultad de Bellas Artes de Murcia son, cuenta, de las pocas cosas que le ponen nervioso. "Siento que se rompe el silencio". Su artista favorito se llama Marcel Duchamp y en una de sus últimas clases a los alumnos les habló de la polémica exposición de Ai Weiei, que mostraba millones de pipas de porcelana. "Para los alumnos soy el tío del SOS 4.8", dice.

Lo que a sus alumnos les resulta tan exótico y novedoso es también uno de sus proyectos más discutidos, un festival cuya edición dura un fin de semana, en el que se invierten 1.200.000 euros y que este año tiene a Suede -"unos 100.00 euros de caché"- como invitado estelar. "Se trata de priorizar unos temas frente a otros. No creo en las ideologías, sino en los proyectos. El año pasado, SOS acogió a 25.000 personas y, gracias a su influencia, Murcia apareció por primera vez como tendencia principal en una red social", cuenta. El dato le parece totalmente relevante. El presupuesto de su Consejería supone un 1,3% del total de los gastos de la comunidad, pero presume de haber puesto a su región en el mapa.

En 2007, accedió al cargo de consejero regional, su primer puesto político. Su idea de la cultura, entendida como la realización de grandes eventos, con viajes a Venecia o Abu Dabi para promocionarlos o buscar promotores, mucho gasto en patrocinadores y publicidad, cuenta con tantos defensores como detractores. "En muchos casos la gente solo habla para quejarse. España es como una foto fija, si se mueve eres culpable. Eso, unido a que no sabemos discutir", añade antes de atacar los tallarines, de uno de esos platos combinados en el que todo es mínimo.

Bajo el párpado del ojo derecho todavía se aprecia una sombra negra, fruto de los golpes que recibió y que estuvieron a punto de costarle la visión. "No voy a cambiar por eso mi política cultural. En las crisis se valora la inacción como algo positivo y a mí ese discurso me parece atroz; en la industria del ocio no hay crisis. Tenemos muchos parques de atracciones, pero pocos parques temáticos", concluye, sobre su penúltimo proyecto, un parque de la Paramount.

A Cruz los golpes casi le costaron la vista.
A Cruz los golpes casi le costaron la vista.LUIS SEVILLANO

Thaï Gardens. Madrid

- Dos menús lunch exprés

(arroz, tallarines y sopa):

28,62 euros.

- Long ching (té verde) y

café solo: invitación.

- Agua: 2,75.

Total con IVA: 34,96 euros.

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