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Ricardi cobra medio millón de euros por 13 años preso por error

"Quizá recurra, pero al menos ya puedo comer y pagar la casa"

Mónica Ceberio Belaza

La justicia tardó 13 años en reconocer que había condenado injustamente a Rafael Ricardi, un gaditano acusado de una violación que no había cometido. Y ha tardado aún más en indemnizarle por ello. Abandonó la prisión hace más de dos años y medio, el 25 de julio de 2008, y, finalmente, el pasado 31 de diciembre a primera hora le ingresaron en la cuenta corriente la indemnización que ha fijado el Ministerio de Justicia: 555.600 euros; 120 euros por cada uno de los 4.630 días encarcelado por error.

Ahora puede recurrir la decisión ante los tribunales y pedir más dinero, como le recomienda su abogada, Antonia Alba, que había solicitado inicialmente 10 millones de euros. "Medio millón no indemniza de ninguna manera 13 años en prisión", opina la letrada. "Los 120 euros por día son la cantidad que se paga a veces a los presos preventivos cuando después no hay condena. Pero aquí estamos hablando de una sentencia firme por violación, con todo lo que eso implica en el ámbito carcelario y con todo lo que supuso para sus relaciones familiares. A este hombre le han destrozado la vida y yo le recomiendo que luche hasta el final".

"Lo estoy pensando", explica Ricardi por teléfono desde su casa en el Puerto de Santa María. "Pero al menos ahora puedo pagar mi casa y la comida. Estoy mucho más relajado. Antes no tenía para nada". Este año, por primera vez, podrá hacer un regalo a sus nietos por Reyes. Quiere también comprarse un piso pequeño. "Y darme algún viaje. Me gustaría ir a Palma de Mallorca. Después de todo lo que ha pasado, solo quiero vivir tranquilo con mi familia".

Rafael Ricardi era toxicómano cuando fue detenido en 1995; no muy alto, vivía debajo de un árbol y... bizqueaba. Esta característica le llevó a la cárcel. Un violador múltiple de Cádiz también tenía, según las víctimas, "un defecto muy peculiar" en la vista, "un ojo a la virulé". Una de ellas identificó a Ricardi como su agresor y fue condenado a 36 años de cárcel.

Con Ricardi ya en prisión, siguieron produciéndose violaciones similares y la policía comenzó a sospechar que quizá el condenado era inocente. En 2000 el Instituto Nacional de Toxicología volvió a revisar los restos biológicos del caso: no eran de Ricardi. La policía lo comunicó a la Audiencia, pero como la prueba principal contra él había sido el reconocimiento de la víctima, la fiscalía no pidió la revisión. Tuvieron que pasar otros siete años antes de que aparecieran el verdadero culpable y su compinche y la justicia reconociera el error.

Rafael Ricardi.
Rafael Ricardi.

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Sobre la firma

Mónica Ceberio Belaza
Reportera y coordinadora de proyectos especiales. Ex directora adjunta de EL PAÍS. Especializada en temas sociales, contó en exclusiva los encuentros entre presos de ETA y sus víctimas. Premio Ortega y Gasset 2014 por 'En la calle, una historia de desahucios' y del Ministerio de Igualdad en 2009 por la serie sobre trata ‘La esclavitud invisible’.
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