El cine andaluz contra la tijera
El recorte de las ayudas de la Junta en 2011 amenaza una industria en ciernes
Hace una década una modesta película andaluza removió las butacas del cine. Solas (1999), de Benito Zambrano, fue como una pepita de oro en un barrizal. Pero su éxito contribuyó a llenar el vacío: impulsó una industria audiovisual en Andalucía a la que ahora pertenecen 170 empresas, 2.000 empleos directos y títulos ambiciosos como El lince perdido, Los aires difíciles, Retorno a Hansala o Fugitivas. Todo esto se puede desmoronar con más rapidez de la que ha tardado en construirse, según los empresarios del sector, si la Junta poda las ayudas a la producción audiovisual en 2011, tal y como se prevé en el proyecto de presupuestos. De los 4,02 millones de euros que Cultura destinó este año se baja a 1,19 millones. Si la comparación retrocede a 2008, antes de la crisis (5,2 millones), el tijeretazo es aún mayor.
De los 4,02 millones de euros aportados por Cultura este año se pasa a 1,19
"Nadie quiere vivir de las subvenciones, pero en Andalucía tampoco nadie puede vivir solo del cine, casi todos viven de la tele", planteaba Benito Zambrano ayer, en el vestíbulo de la Academia del Cine en Madrid, donde se sumó a un grupo de actores y productores andaluces que rechazan el drástico retroceso en las subvenciones de la Junta.
Si alguien piensa que Zambrano, que cuenta a sus espaldas con títulos como Habana blues (2005) o la miniserie de televisión Padre Coraje (2002), está por encima de las ayudas, se equivoca. "Estos dos años me han hecho ver que nadie está exento, tal vez porque soy un creador lento y torpe pero no hubiera podido dedicar dos años a mi último guión sin ayudas", confiesa.
El guión al que se refiere es una adaptación de la novela La piel dormida, de Dulce Chacón, que comenzará a rodarse en enero. Una de las protagonistas es María León, la actriz sevillana que ayer también acudió a la Academia del Cine. "Están restando donde no tienen que restar", criticó. Su hermano, Paco León, fue incluso más contundente: "Estoy horrorizado con que se recorte tanto y de lo mismo".
En esta década, la producción audiovisual andaluza ha escalado posiciones hasta convertirse en la tercera que más factura (161,74 millones en 2008) por detrás de las dos locomotoras, Comunidad de Madrid y Cataluña. "Se van a cargar una industria por tres millones de euros", lamenta Manuel Gómez Cardeña, que preside la Asociación de Empresas de Producción Audiovisual y Productores Independientes de Andalucía, creada hace 20 años.
Con la que está cayendo tampoco quieren pecar de insolidarios, pero creen que el reparto de la miseria puede reacomodarse de forma que las producciones audiovisuales sigan teniendo una puerta a la que llamar en 2011. "Hay partidas o proyectos que se pueden aplazar como el Centro de Servicios Avanzados en Málaga, que además nos lo han ofrecido", propone Gómez Cardeña, cuya productora ha cofinanciado Yo también (dos Goyas y dos Conchas de Plata en San Sebastián). "Sin ayudas me tendría que cuestionar si sigo produciendo cine o no", asegura.
Gómez Cardeña acudió a la cita de Madrid junto a otros productores como Antonio Pérez (Maestranza Films), el artífice de Solas, que está a punto de estrenar nuevo proyecto, Ispansi!, y José Antonio Hergueta, presidente de la Plataforma de Empresarios y Creadores del Audiovisual Andaluz, que aglutina a 30 productoras, incluidas las que han impulsado los dos proyectos andaluces de Antonio Banderas, El lince perdido y El camino de los ingleses.
"Andalucía tuvo la virtud de copiar el modelo europeo de ayudas que cuida el desarrollo", expone Hergueta. ¿Y para qué sirve ese modelo? Para arrancar, explica. "Es un grano, no resuelve la producción, pero es el punto de enganche para ir a otra cadena o al mercado y lograr más financiación para el proyecto", sostiene el productor, especializado en documentales culturales que han logrado conquistar el mercado en Alemania y Francia.
"Todo lo que sale del Sur está funcionando muy bien, pero sin apoyo podemos cargárnoslo", advierte el actor sevillano Jesús Olmedo, con un largo historial en series (Hispania, la leyenda, Hospital central, Aquí no hay quien viva). "Entendemos la crisis, pero un recorte de esa magnitud puede acabar con la industria", opina.
Y, aunque la mayoría de los congregados en la Academia viven en Madrid, muchos alertan sobre el éxodo que acarreará desestabilizar una industria aún en ciernes. Se ven otra vez con las maletas hacia las grandes ciudades. "Yo dejé Madrid y volví a Málaga, pero si se destruye el tejido actual mucha gente tendrá que dejar Andalucía y volver a Madrid", predice Hergueta.
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