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Secuestrados cinco trabajadores franceses en una zona minera en el norte de Níger

Las primeras pistas apuntan a Al Qaeda del Magreb como autor del delito

Antonio Jiménez Barca

Cinco franceses fueron secuestrados en la madrugada del jueves por un grupo de personas armadas en la ciudad de Arlit, al norte de Níger. En la misma acción fueron raptados un ciudadano de Togo y otro de Senegal. El Ministerio de Exteriores francés, tras confirmar el secuestro, aseguró ayer que no ha recibido aún ningún tipo de reivindicación. Pero todo apunta a la organización terrorista Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), el mismo que secuestró el 29 de noviembre a tres cooperantes españoles, Alicia Gámez, Roque Pascual y Albert Vilalta, liberados meses después.

Uno de los secuestrados trabaja para el grupo industrial nuclear francés Areva. Los otros cinco son asalariados de la constructora Sogea-Saton, subcontratada por el grupo francés en la zona. Aún no hay muchos detalles, pero un portavoz de Areva, que explota en Níger los ricos yacimientos de uranio con los que cuenta el país, asegura que todas las víctimas fueron raptadas en su casa, muy temprano, entre las cinco y las siete de la mañana. Fuentes de Níger citadas por las agencias de prensa francesas apuntaban a un grupo armado de hombres con turbantes que viajaba en varias furgonetas. Pueden ser miembros de AQMI o bandoleros encargados de raptar a las personas para luego vendérselas a los terroristas, según las mismas fuentes del país africano. Un hombre de negocios de la ciudad aseguraba que los captores "sabían exactamente dónde ir, lo que es muy preocupante", según France Press.

Los empleados están al servicio de la empresa nuclear francesa Areva
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El Ministerio de Exteriores ha abierto una célula de crisis para abordar el asunto. El portavoz de este Ministerio, asegura que están en contacto permanente con las familias de las personas raptadas. El presidente de la República, Nicolas Sarkozy, aseguró ayer en Bruselas que se había enterado del secuestro de sus compatriotas "pronto por la mañana", añadió que la policía de Níger ha abierto ya una investigación y que Francia "hará todo lo posible para liberar a estos compatriotas".

Los franceses que viven en la peligrosa zona del Sahel saben a lo que se exponen. Los expertos en seguridad francesa ya lo habían advertido. "Todas las alarmas están en rojo", había advertido, el pasado 10 de septiembre, al periódico Le Journal du Dimanche, Bernard Qquarcini, el jefe de la Dirección Central de Información Interior (DCRI en sus siglas en francés), el FBI galo. El 22 de julio, una operación militar llevada conjuntamente en Malí por fuerzas mauritanas y francesas destruyó una base del AQMI. Mataron a siete terroristas pero no cumplieron su objetivo, que era el de rescatar a un rehén francés, Michel Germaneau, de 78 años, secuestrado en abril. Tres días después, los terroristas aseguraban que el rehén había sido asesinado, prometiendo además represalias contra Francia por la operación militar.

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"No necesitamos los comunicados del AQMI para saber que nosotros, los franceses, estamos amenazados", explicaba en la citada entrevista citada el jefe de la DCRI. Otro rehén francés, Pierre Camate, fue secuestrado en Mali en noviembre de 2009. Fue liberado en febrero, después de que, en contrapartida, se pusiera en libertad en Mali a cuatro terroristas presos.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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