Duro examen a Elena Kagan para ser juez
Entre el petróleo que consume el golfo de México y la presidencia de Barack Obama y los descalabros de personal en la guerra de Afganistán, la confirmación en el Senado de la candidata a ocupar un lugar en el Tribunal Supremo de Estados Unidos ha quedado eclipsada. Ayer acudía Elena Kagan a su primer encuentro con los senadores del Comité Judicial de la Cámara alta, que, por estricto orden de antigüedad, empezaron a interrogarla sobre su pasado y su futuro.
El primer senador en cuestionar la capacidad de Kagan para ocupar la vacante dejada por John Paul Stevens, que ayer se retiraba tras 34 años de servicio, fue el republicano Jeff Sessions. Como harán el resto de sus colegas de partido mientras duren las audiencias, Sessions insistió en su falta de experiencia dentro de la magistratura y sus posiciones "liberales". Lo que el senador intentó demostrar es que no debería darse por hecha la confirmación de Kagan. "Genera preguntas su falta de experiencia", puntualizó el senador por Alabama.
Kagan aseguró en su discurso de apertura su compromiso para considerar "cada caso de forma imparcial, con modestia, de acuerdo al principio de la ley". Antes de enfrentarse a su primer día en el Congreso -donde se sentará durante horas hasta que cada senador exponga su discurso-, Kagan pasó por el Despacho Oval de la Casa Blanca, donde Obama le deseó suerte.
El presidente del Comité Judicial, el demócrata Patrick Leahy, defendió ayer a la candidata al recordar que en el pasado el ya fallecido juez William Rehnquist se convirtió en presidente de la corte pese a que tampoco había ocupado ningún juzgado. Leahy recordó que Kagan, de 50 años, es la primera mujer en ocupar el cargo de decana de la Facultad de Leyes de la prestigiosa Universidad de Harvard y en ser abogada del Estado ante el Supremo. La Casa Blanca ha expresado su confianza en la confirmación de la abogada.
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