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Sudáfrica da asilo a un genocida ruandés que busca la Audiencia

Kayumba Nyamwasa ordenó matar a cuatro españoles

Para la Audiencia Nacional es un presunto genocida y criminal de guerra que ordenó y supervisó la muerte de un misionero y tres cooperantes españoles. Para Sudáfrica, un perseguido por el Gobierno de su país, Ruanda, que merece el estatuto de refugiado. Pretoria ha confirmado esta semana que ha concedido asilo político al general Faustin Kayumba Nyamwasa, depurado por el régimen de Kigali y víctima de un asesinato frustrado el 19 de junio. Nyamwasa está procesado en España por la muerte del religioso catalán Joaquim Vallmajó en 1994 y la de los miembros de Médicos del Mundo Flors Sirera, Manuel Madrazo y Luis Valtueña tres años después. El Gobierno sudafricano reconoce las dificultades para extraditarlo a España (o a Francia y Ruanda, que también lo reclaman) debido a la protección internacional que le ha concedido.

El currículo criminal de Nyamwasa es terrible, según la investigación del juez de la Audiencia Fernando Andreu. El general, antigua mano derecha del presidente ruandés Paul Kagame (también imputado), ordenó secuestrar y matar a machetazos "para no malgastar balas" a Vallmajó, según algunos de sus compañeros del Ejército Patriótico Ruandés (EPR), que han declarado como testigos en el tribunal español. Andreu considera que Nyamwasa también habría "decidido, ordenado y supervisado el asesinato" de Sirera, Madrazo y Valtueña al haberse convertido en testigos incómodos de una matanza de hutus en Ruhengeri (norte de Ruanda).

Sin embargo, para Sudáfrica han contado más sus recientes desencuentros con el régimen de Kagame. El pasado febrero, las autoridades de su país lo acusaron de participar en varios actos terroristas y Nyamwasa, utilizando su pasaporte diplomático, huyó a Uganda para terminar en Sudáfrica. El juez Andreu aprovechó entonces para reiterar a Interpol la vigencia de su orden de detención internacional, pero la policía sudafricana, tras afirmar que estaba estudiando la documentación antes de proceder a su detención, aseguró días después que había "perdido la pista" al presunto genocida ruandés.

El intento de asesinato que sufrió el pasado día 19 en Johanesburgo puso de manifiesto, sin embargo, que Nyamwasa no vivía como un fugitivo ni temía su arresto. El general recibió un disparo en el estómago cuando volvía a su residencia del Melrose Arche, una comunidad cerrada y con vigilancia privada -"con preciosos áticos, coquetos apartamentos y lofts espaciosos", como se publicita-, en un coche oficial conducido por su chófer. Acababa de hacer unas compras en un centro comercial vecino a su domicilio.

La policía mantiene detenidos a cuatro sospechosos de los que no ha revelado la identidad ni la nacionalidad, pero Rosette Nyamwasa, que acompañaba a su marido durante el tiroteo, acusa al presidente ruandés de orquestarlo. "Creo que fue nuestro Gobierno, Kagame, nuestro presidente. Él dijo en el Parlamento que perseguiría a mi marido hasta dispararle", aseguró a la BBC.

Es ahora, tras el atentado, cuando Suráfrica ha reconocido que concedió el asilo al general. El Ministerio de Justicia lo confirmó el miércoles y subrayó las dificultades para su entrega a España que genera su condición de refugiado. "Necesitamos comprobar lo que establece la ley para los casos en los que se pide la extradición de una persona a la que se le ha concedido asilo", aseguró el portavoz del ministerio Tlali Tlali. Al contrario de lo que manifestó la policía sudafricana en marzo, el portavoz aseguró que desconoce la existencia de las órdenes internacionales de detención contra Nyamwasa y confirmó que no ha sido detenido, como reclama Andreu. "Tenemos que confirmar si es posible un proceso, criminal o de otra clase, contra un refugiado o si su estatus lo convierte en inmune", concluyó.

El presidente de Ruanda, Paul Kagame, junto al general Faustin Kayumba Nyamwasa, en 2001.
El presidente de Ruanda, Paul Kagame, junto al general Faustin Kayumba Nyamwasa, en 2001.AP

Kagame, invitado por Zapatero

El próximo 16 de junio, un imputado por genocidio, crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y atentado terrorista en la Audiencia Nacional podría visitar España sin ser inmediatamente detenido. Se trata del presidente de Ruanda, Paul Kagame, que ha sido invitado a una reunión preparatoria para la Cumbre de los Objetivos del milenio de Naciones Unidas que se celebrará ese día en Madrid. Kagame copreside el grupo de apoyo a este proyecto de la ONU junto a José Luis Rodríguez Zapatero. A pesar de imputarle todos esos delitos, el juez Fernando Andreu pero no ha podido, por el momento, procesarlo ni ordenar su detención debido a la inmunidad que le otorga su condición de jefe de Estado.

El juez tiene indicios de que participó en matanzas indiscriminadas. Un ex miembro de su escolta declaró que, en 1994, cuando aún era el líder rebelde, masacró con una ametralladora antiaérea a un grupo de 35 o 40 civiles, en su mayoría mujeres, niños y ancianos. Kagame, según ese testigo, mandó ejecutar a tres obispos y otros sacerdotes diciendo: "Ya te he dicho que eliminaras a esas basuras".

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