Bacalao para inconformistas
Un tercio de los habitantes de Coimbra son universitarios. La vitalidad y creatividad empujan hoy la histórica ciudad del centro de Portugal, famosa por el amor imposible de doña Inés y don Pedro
Los educados en la pupila dicen que las vistas más bellas de Portugal están en los atardeceres sobre el río Mondego a su paso por Coimbra. Los mismos que provocaron el amor imposible de doña Inés de Castro y el príncipe don Pedro, los Romeo y Julieta del país luso. Don Pedro, hijo del rey Alfonso IV, contrajo matrimonio con la Infanta de Castilla doña Constanza. Pero estaba enamorado de la dama de compañía de ésta. Fueron amantes, se casaron en secreto y tuvieron cuatro hijos... hasta que el rey se enteró y encargó el asesinato de doña Inés. Pasiones infructuosas sobre atemporales paisajes que hoy se mimetizan y contrastan con los habitantes de esta ciudad del centro de Portugal, un tercio de ellos jóvenes universitarios. Ellos han cogido Coimbra con ahínco para sacar su lado más urbano y moderno.
9.30 Aires de Hollywood
El hotel Astória (1) (avenida Emidio Navarro, 21; www.almeidahotels.com; habitación doble, desde 70 euros) nos da los buenos días con un desayuno sobrio, donde lo más interesante es compartir espacio con los jóvenes que escogen para su fin de semana este alojamiento céntrico y vintage: el hotel es de 1926. Aquí se podría haber tomado un whisky Amália Rodrigues y su corte del Hollywood de los años cincuenta. Hoy se mezclan en el vestíbulo publicistas, decoradores y aspirantes a actor. Salimos a respirar Coimbra.
10.00 Cuesta arriba
Cogemos la calle Ferreira Borges (2), válvula que regula el encuentro de turistas con los ciudadanos de a pie. Románticos cafés y tiendas casi centenarias se entrelazan con cadenas de moda internacional. Nuestro objetivo es subir a la universidad; en su paseo encontraremos callejuelas que despuntan en tiendas de diseño impulsadas por jóvenes portugueses que no necesitan de Lisboa u Oporto para desarrollar sus proyectos. En el coqueto multiespacio Mau Feitio (3) (Rua Quebra Costas, 42-42; www.maufeitio.pt) se pueden comprar marcas de ropa internacional, zapatos, perfumes y hasta papel decorativo de pared.
Las empinadas cuestas son lo único que incomoda algo en nuestra mañana de compras. Descubrimos pequeños comercios regentados por jóvenes que han sabido dar una vuelta al tradicional souvenir hasta convertirlo en objeto de diseño. Paramos en Fangas Mercearia Bar (4) (Rua Fernandes Tomás, 45) a tomar un refrigerio, una tienda-restaurante donde comprar productos gastronómicos con un punto chic. Seguimos subiendo y comenzamos a ver carpetas y zapatillas Converse, el ambiente universitario nos empapa.
12.00 Vuelta a la facultad
Estamos en pleno meollo estudiantil. Tras un paseo por los pasillos y cafeterías de las facultades que salpican la zona alta de Coimbra, imprescindible parar en la deslumbrante Biblioteca Joanina (5) (http://bibliotecajoanina.uc.pt; de 9.00 a 19.30), del siglo XVIII. Sus estanterías barrocas de madera con molduras de pan de oro contienen 250.000 volúmenes anteriores a 1800. Muy cerca, la Facultad de Letras (6) encandila por el ambiente de su bar-restaurante de la planta baja. El Museu da Ciência (7) (www.museudaciencia.pt. De 10.00 a 18.00, cierra lunes. Entrada: 3 euros), antiguo Laboratorio Químico, ha sido premiado por su restauración, a cargo de los arquitectos João Mendes Ribeiro, Carlos Antunes y Desirée Pedro. De ahí a la plaza de la República (8), lugar de reunión de los jóvenes. Alrededor, tiendas de diseño donde rematar las compras. Detrás de Medicina y cerca del parque de Santa Cruz encontramos Feito Conceito (9) (Rua Alexandre Herculano, 16; www.feitoconceito.blogspot.com), otro espacio multidisciplinar en manos de treintañeros donde tomar un té, comprar una camiseta pop o cortarse el pelo. Unas calles más adelante admiramos en Consigo (10) (Rua Sá de Miranda, 39; www.consigointeriores.com) una lámpara estilo años sesenta.
13.30 El aperitivo: un oporto
Última parada para compras. Miyuki (11) (Rua das Parieras, 27; www.miyuki.pt) es un establecimiento divertido que vende zapatos de la firma Melissa y unos muñecos de diseño japonés. Con la tarjeta de crédito algo más desgastada vamos hacia el parque Verde de Mondego, junto al río, a mover el bigote. A la bajada, cogemos fuerzas en el Quebra Club (12) (escaleras de Quebra Costas) con un vino de oporto en un ambiente musical, casi canalla, antes de comer.
15.00 Río portugués al cien por cien
El río Mondego, el único que nace y muere en territorio portugués, acoge -relajado- una de las zonas más animadas de la vieja Coimbra. Además de un área de práctica para deportes acuáticos, ofrece una gran explanada con restaurantes y bares de aire cosmopolita, pero con impronta lusa en el concepto. A Portuguesa (13) (Rua Lousa Parque Verde de Mondego; www.aportuguesa.pt) es el lugar que escogemos para comer. Aunque no es hora tradicional de almuerzo en Portugal, aquí están abiertos ininterrumpidamente de mediodía a medianoche.
16.30 'Chill out' frente al Mondego
Tras degustar alguna de las variedades culinarias de bacalao buscamos un hueco al sol donde tostarnos con la paz que las aguas del Mondego revierte en el visitante. Aquí se nos presentan multitud de terrazas con música chill out habituales de los jóvenes de Coimbra, pero nosotros nos sentamos en la de Rock Café (14). Pedimos lo último llegado a las barras de Portugal, un combinado de tónica, limón y vino blanco de oporto.
18.30 Un atardecer que quita el hipo
Comienza el atardecer. La luz refleja sobre el río el monasterio de Santa Clara-a-Velha (15) (Rua das Parreiras; http://santaclaraavelha.drcc.pt. De 10.00 a 19.00 (cierra los lunes). Entrada, 5 euros). Construido en el siglo XIII en un terreno que se inundaba en cada crecida, permaneció medio sumergido hasta 2009, cuando culminó el proyecto de recuperación. Podemos rematar la tarde en otra de las terrazas vecinas del Parque Verde de Mondego, la del Irish Pub (16), con música rockera y jaleo juvenil. Cambiamos de tercio y nos lanzamos la manta (y la cartera) a la cabeza. Vamos a cenar al mejor restaurante de Coimbra, Arcadas, con estrella Michelin. Se aloja en el hotel Quinta das Lágrimas (17) (António Augusto Gonçalves; www.quintadaslagrimas.pt).
20.30 Sinfonía de frutas en el jardín
Para llegar al hotel Quinta das Lágrimas, como si siguiéramos la sombra del amor imposible de doña Inés y don Pedro -en los jardines del hotel cuentan que ella fue apuñalada-, cruzamos al otro lado del río. Lo hacemos por el puente de Pedro e Inés (18), una pequeña pasarela de intenciones vanguardistas diseñada en zigzag. En el restaurante Arcadas nos espera una carta de cocina portuguesa con toque internacional. Mientras rematamos la cena con una sinfonía de frutos tropicales, la paz de su jardín nos enseña que Coimbra, además del impulso universitario, de vez en cuando también regala silencio al visitante.
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