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Una juez investiga el supuesto desvío de fondos en un centro de Defensa

El Gobierno detecta indicios de delito en una residencia universitaria sevillana

Javier Martín-Arroyo

La juez togado militar Esperanza Baena investiga la supuesta malversación de fondos en la residencia universitaria San Hermenegildo de Sevilla que afectó a 180 estudiantes desde 2006 hasta el pasado enero. El Ministerio de Defensa ya indagó en la gestión del coronel F. M. como director de la residencia y a principios de año suspendió a dos mandos por las irregularidades detectadas. Tras concluir la investigación, Defensa detectó indicios de falta o delito y remitió el caso a la justicia militar.

Ahora un perito contable analiza las cuentas, recibos y facturas de esta residencia en la que los estudiantes confesaron haber pasado "hambre", pese a pagar una cuota de hasta 450 euros al mes. Esta semana Baena, titular del Juzgado Togado Militar Territorial 21 de Sevilla, ha tomado declaración como imputado al subteniente de iniciales F. C. M. Durante las últimas semanas han declarado numerosos testigos, empleados y ex trabajadores de la residencia adscritos a los departamentos de contabilidad y la cocina, donde la calidad del servicio era ínfima.

"Es un error del Ministerio de Defensa la imputación a mi cliente. Deberían responder los superiores porque él es inocente", aseguró Sonia García, abogada del subteniente. El mando declaró el pasado jueves durante cuatro horas ante la juez instructora por la supuesta malversación. Mientras, el subteniente había sido denunciado por una empleada por supuesto acoso laboral, pero la juez togado se ha inhibido y otro magistrado se encargará del asunto, según confirmó su letrada. La causa acumula ya tres tomos. En caso de que el coronel o el comandante resultaran imputados, la juez deberá remitir el caso al Tribunal Militar Central en Madrid debido a su alta graduación militar.

"Muertos de hambre"

Varios empleados y padres de alumnos se quejaron de la nefasta gestión ante el ministerio, pero el precario servicio se mantuvo hasta que el anterior coronel se retiró el pasado enero. Las quejas de alumnos se habían multiplicado y fueron in crescendo hasta que hace un año se produjo un furioso motín: llovieron platos y el patio se llenó de basuras. "Pintadas insultantes y amenazantes, incluso de muerte, para componentes del equipo de dirección. Lanzamiento de huevos desde las ventanas (...) vandalismo múltiple en diversas instalaciones", reflejaba una nota interna del anterior coronel. Los alumnos expresaron con furia su rechazo a la dirección. Seis de ellos fueron expulsados.

La situación actual ha dado un vuelco. "Ahora los alumnos se quejan porque se están poniendo gordos y antes estaban muertos de hambre. Les han puesto wifi, un billar, futbolines y tienen helados y latas gratis", relata una empleada. Los recortes de antaño se acabaron y los estudiantes disfrutan de un atento servicio. La residencia se fundó en 1958 y es el único centro universitario de Defensa en Andalucía.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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