Córdoba se disculpa con Cántico
La ciudad acoge la primera muestra dedicada al grupo poético
"No sé por qué no se había hecho nunca una exposición sobre Cántico en Córdoba, que es su propia cuna. Porque Cántico es un grupo muy reafirmado en la literatura y con muchísimos devotos". Rafael Inglada no tiene respuesta para esa pregunta, pero sabe que ya se ha hecho, en parte, justicia. Él es el comisario de Cántico 2010, la primera muestra monográfica realizada en la ciudad que vio nacer en 1947 a uno de los movimientos poéticos más importantes de la España de posguerra.
Como si toda Córdoba ofreciese una especie de disculpa pública, la semana pasada se inauguró en el Palacio de la Merced la exposición, organizada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, la Fundación Provincial de Artes Plásticas Rafael Botí, de la Diputación, y el Centro Andaluz de las Letras, de la Junta, en colaboración con el Ayuntamiento. La muestra podrá visitarse hasta el próximo 16 de mayo.
Los dos únicos supervivientes del colectivo poético y pictórico, Pablo García Baena y Ginés Liébana, asistieron el jueves a su apertura. El resto de sus compañeros de Cántico estuvieron presentes a través de las 350 piezas que se exhiben: sus obras, retratos, fotografías, cartas, manuscritos y, por supuesto, ejemplares de aquellas revistas que, bajo el nombre del grupo, fueron un soplo de aire fresco en la atmósfera viciada del franquismo.
García Baena y Liébana han apoyado al comisario a la hora de organizar el catálogo y la exposición de las piezas. Una empresa ardua a la que se ha enfrentado Inglada. "En mayo me propusieron realizar esta muestra. Primero, trabajé con los fondos de Ricardo Molina, el integrante que murió en 1968. Tras Molina, estuve trabajando con piezas del resto de artistas para completar el catálogo", recuerda el responsable.
La muestra se centra en tres ejes: los libros, los documentos y las obras de arte en torno a Cántico. Además de las piezas de los integrantes del colectivo, también se incluyen obras de los autores que, sin ser miembros de Cántico, sí compartieron influencias y relaciones con ellos, como Manuel Aumente o Rafael Álvarez Ortega. Entre las aportaciones básicas de la exposición se encuentra la recuperación de tres textos inéditos de Molina y de otros tres con los primeros poemas de García Baena.
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