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OPINIÓN
Columna
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Algo se mueve

Joaquín Estefanía

Algunos economistas advierten de las falsas tendencias alimentadas de datos coyunturales heterogéneos; se suman distintas cifras que convienen, se olvidan otras que contradicen las anteriores, y sale el ungüento de la serpiente. Por ello se equivocan tanto los pronosticadores de lo que va a acontecer. La táctica de insuflar ánimo a los ciudadanos ("el pesimismo no genera empleo") hubiera podido ser una buena táctica para Rodríguez Zapatero si sus expectativas no hubieran sido corregidas tantas veces por la realidad hasta hacerlas increíbles.

Y sin embargo, algo se mueve en las últimas semanas: las ventas en los grandes almacenes, el consumo de cerveza, el de electricidad, las compraventas de viviendas, el incremento de la publicidad, etcétera, son indicadores adelantados que conviene analizar con cuidado para no generar una falsa tendencia de optimismo, sobre todo al lado de grandes magnitudes como el desempleo, el déficit público o el estancamiento de la producción. Pero tampoco cabe desecharlos.

Algunos indicadores adelantados sugieren con timidez que algo está cambiando a mejor en la coyuntura

Zapatero hizo hace una semana unas declaraciones al Financial Times en las que con el rabillo del ojo miraba más a los mercados que a los ciudadanos. En ellas reiteraba su voluntad de aplicar el plan de austeridad "cualquiera que sea su coste... Si tenemos que hacer más recortes o demandar más austeridad, lo haremos". Algún día sabremos en qué momento el presidente se asustó ante la magnitud del déficit público y la reacción adversa que sobre la falta de voluntad para reducirlo podrían tener los mercados (y tratarnos, abusivamente, como a Grecia), lo que explica que los Presupuestos del Estado para 2010 retirasen, antes casi que ningún otro país en recesión, las medidas de estímulo público implantadas en ejercicios anteriores.

EE UU está saliendo ya de la recesión. Aunque su crecimiento económico será moderado, según indican instituciones tales como la Reserva Federal (Fed) o la Oficina Nacional de Estudios Económicos, el presidente de la primera, Ben Bernanke, se manifestó hace unos días en contra de una reducción "drástica" a corto plazo del déficit público (que es bastante similar, porcentualmente, al de España) porque la economía se sigue resintiendo de la crisis inmobiliaria y el alto desempleo (9,7% de la población activa, la mitad que en España). En otra intervención, el presidente de la Fed advirtió de que los ciudadanos estadounidenses podrían verse obligados a aceptar aumentos tributarios para lo que calificó como déficits fiscales insostenibles: "Para evitar los grandes déficits insostenibles, el país tendrá que elegir en última instancia entre mayores impuestos, reformas en ciertos programas de la Seguridad Social y del Medicare [programa de asistencia médica paras los ancianos], así como un menor gasto de todo, desde la educación a la defensa".

Un debate así sería muy útil en España: sobre las prioridades de la política económica, y los instrumentos.

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