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El ex Santo Oficio se prepara para actuar

El presidente de la Conferencia Episcopal alemana (CEA), Robert Zollitsch, aseguró ayer, después de reunirse con el Papa, que el Vaticano mantendrá una línea dura y de transparencia ante la pedofilia, y reveló que el ex Santo Oficio está reuniendo toda la información de los abusos y estudia endurecer sus normas para aumentar la prevención y la colaboración con las instancias civiles.

Entre otras medidas, la Santa Sede denunciará a los sospechosos de abusos a la justicia ordinaria, siempre que las víctimas no se opongan, y permitirá que los procesos civiles sean independientes de las causas canónicas, un novedoso movimiento aplicado ya de forma incipiente en Irlanda, Austria y Alemania.

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"Benedicto XVI ha recibido con gran malestar y profunda conmoción nuestro informe sobre los horribles casos de violencia registrados en el país", contó Zollitsch, "y ha respaldado nuestra actuación y el catálogo de normas que hemos puesto en marcha". "No habrá disimulos ni ocultamientos", enfatizó el jerarca alemán. "Ya hemos apoyado las investigaciones penales, e invitamos a todas las víctimas, no sólo a las de abusos cometidos por curas, a presentarse y denunciar. Informaremos a las autoridades judiciales cuando haya sospechas, y se abrirán dos procesos, uno penal y otro canónico. Serán ámbitos independientes, separados, y el estatal no estará subordinado al canónico. Incluso si la justicia de la Iglesia resuelve la inocencia de un acusado, no interferiremos en el proceso penal", prometió.

Las normas aprobadas el pasado 25 de febrero por la CEA refuerzan las medidas que la Iglesia alemana tomó en 2002. Según Zolltisch, solo Austria y Alemania han puesto en práctica ese protocolo que tiene como modelo la experiencia irlandesa y que debería ser la base del nuevo código interno en preparación.

El método prevé prestar atención psicológica, personal y pastoral a las víctimas, habilitar un delegado diocesano para atender las denuncias, reforzar la prevención y extremar la vigilancia en las parroquias. La novedad incorporada ahora es el nombramiento de un comisario extraordinario al frente de una oficina episcopal que se ocupará de coordinar la atención a las víctimas y la relación con el Gobierno y la justicia.

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