"Vienen con total tranquilidad a hacerse las pruebas"
María Ángeles Arrázola es farmacéutica. Trabaja en el barrio donostiarra de Gros y desde que se pusiera en marcha la iniciativa de los test rápidos del sida en marzo de 2009 ha efectuado 308 pruebas. Reconoce que cuando el Colegio de Farmacéuticos de Guipúzcoa le ofreció la posibilidad de participar en el programa, aunque no dudó "en ningún momento" en unirnos, "sí que había algunas cosas" que les preocupaban.
Arrázola no sabía si las personas que solicitasen el test iban a estar cómodas, cómo se lo iban a pedir, y, sobre todo, en caso de que la prueba diese positivo, cómo transmitir el resultado. "Ha sido mucho más fácil de lo que esperábamos. Vienen con total tranquilidad, aunque cuando preguntan por la prueba omiten decir la palabra sida", indica.
A la hora de dar un resultado positivo intentan "transmitir un mensaje de serenidad y optimismo, haciendo hincapié en que la detección precoz es imprescindible para el tratamiento". Arrázola no duda sobre el precio de la prueba: "Hay gente que ya ha venido cuatro o cinco veces a hacérselo. A lo mejor si fuese gratuito vendrían todos los días".
