Sólo la quinta parte de la superficie agraria está asegurada contra daños

El temporal de las últimas semanas se ha cebado con dureza con la agricultura pero al mismo tiempo ha puesto de manifiesto otra de las paradojas que acompañan al agro andaluz: el bajo nivel de contratación de los seguros agrarios. Apenas una quinta parte de la superficie agraria andaluza se encuentra asegurada, y la realidad dice que los principales cultivos, como son el olivar y los hortícolas (que generan el 70% de la Producción Final Agraria) están a la cola en el nivel de contratación. A pesar de que el Gobierno central y la Junta subvencionan este año con 300 millones la suscripción de estas pólizas, los agricultores defienden la bajísima inversión que destinan a asegurar su fuente de ingresos en la, a su juicio, ineficacia de algunas de las pólizas. Se abre en todo caso un debate para que los seguros, que ahora son voluntarios, sean obligatorios como ocurre en cualquier otra actividad profesional.

Junta y Gobierno subvencionan este año la contratación con 300 millones

Agroseguro, que es la empresa mixta que gestiona los fondos de la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (Enesa), se encuentra estos días desbordada y no da abasto a peritar todos los siniestros en el campo. Medio centenar de técnicos están desplegados por toda la comunidad y, de momento, han evaluado daños en 9.200 parcelas y unas 18.000 hectáreas, una cifra que se incrementará en las próximas semanas cuando la climatología permita peritar los daños en las fincas olivareras, hasta ahora intransitables.

Esas cifras están, en cualquier caso, muy por debajo de las 722.295 hectáreas de superficie agraria que están aseguradas en Andalucía, lo que supone el 22% del total. En total, hay 62.996 pólizas (en la agricultura y la ganadería), con un capital asegurado de 1.451 millones de euros, poco más del 10% del valor de la producción agraria.

Sin embargo, desglosado por cultivos, hay mucha disparidad entre el nivel de contratación. Así por ejemplo, contrasta el 63,78% en el cereal y el 50,28% en cítricos, con el poco más del 7% en el olivar y el 9% de los viñedos o cultivos protegidos de invernaderos y plantas ornamentales. Las organizaciones agrarias vinculan los niveles más bajos de suscripción de seguros con los que peor resultado dan a los agricultores. Eso ocurre, por ejemplo, con el del olivar y el de los cultivos hortícolas, que han concentrado, paradójicamente, más de 600 de los 855 millones de pérdidas en los que la UPA ha evaluado los daños del temporal.

Especialmente llamativo es la poca contratación que tiene el seguro del olivar, el cultivo con más hectáreas cultivables en Andalucía. En este segmento existen dos tipos de seguros: el combinado, reservado especialmente para los daños del pedrisco, y el de rendimiento, para el resto de adversidades climáticas y con coberturas que van desde el 50% al 70% de los daños. Pero, ¿qué ocurre entonces? "No es una cuestión de precios, sino de las coberturas", explica Miguel García, técnico de la UPA. En algunos casos se exige que la parcela tenga más del 20% de daños para poder cobrar, y para las nuevas pólizas sólo dejaban asegurar dos kilos por árbol, "algo ridículo" y que afecta a más de 1.000 asegurados. Este año se ha cambiado esa normativa, se pueden asegurar más kilos de aceituna pero se ha limitado la cobertura y ha habido un incremento medio de las tasas del 8%.

Curiosamente, la contratación del seguro en el olivar ha crecido en torno al 50% en algunas zonas de Jaén y Granada, que ha coincidido con las que sufrieron daños por heladas en la campaña 2004-2005. Pero el motivo no ha sido otro que la Junta condicionó los créditos para la regeneración productiva a tener formalizada una póliza de seguro. "La mejor garantía para los agricultores es tener sus producciones aseguradas", destaca la consejera de Agricultura, Clara Aguilera, que recuerda que su departamento subvenciona casi el 60% de los costes de los seguros.