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Miles de iraníes reivindican la figura de Jomeini

Ángeles Espinosa

Miles de iraníes respondieron ayer al llamamiento de las autoridades para que condenaran un supuesto insulto de la oposición contra el fundador de la República Islámica, el ayatolá Jomeini. Las manifestaciones, que se celebraron tras las plegarias de mediodía en todo el país, subrayaron la polarización de la sociedad iraní. En Teherán, algunos participantes llegaron a pedir la muerte de los dirigentes reformistas Mir-Hosein Musaví y Mehdi Karrubí, en una escalada del acoso contra quienes siguen acusando al Gobierno de haber manipulado las elecciones de junio.

"Muerte a Musaví" y "Muerte a Karrubí", se colaban entre los habituales eslóganes "Muerte a América" y "Muerte a Israel". Era la primera vez que se oía un grito de ese tipo durante un acto organizado de forma oficial. Aunque esas consignas no provenían de la tribuna desde la que se animaba la concentración, el orador facilitaba el ambiente.

"La judicatura debería hacer frente a quienes continúan esta sedición... con la pena máxima", jaleaba Mohamed Hosein Rahiniam, un representante del líder supremo, citado por la agencia Fars. Hasta ahora, los sectores duros se habían limitado a pedir la detención de sus dirigentes.

El pretexto para esta escalada son unas imágenes difundidas por la televisión estatal tras las protestas del Día del Estudiante, en las que unos desconocidos prenden fuego a un retrato de Jomeini. Tanto Musaví como Karrubí han denunciado esa profanación y pidieron permiso al Ministerio del Interior para organizar una manifestación de desagravio. Pero el Gobierno no quiso arriesgarse a que los críticos salieran a la calle para volver a denunciar el fraude electoral.

Mientras tanto, las autoridades anunciaron un nuevo paso en su controvertido programa nuclear que los observadores interpretan como una huida hacia delante ante las dificultades que abordan tanto dentro como fuera del país. "Estamos produciendo una nueva generación de centrifugadoras llamadas IR3 y IR4... y planeamos utilizarlas para 2011 tras solucionar problemas y defectos", declaró el director de la Organización de la Energía Atómica de Irán, Alí Akbar Salehí, en declaraciones a la agencia Fars.

Las centrifugadoras son los aparatos en los que se enriquece el uranio, el proceso que preocupa tanto a Occidente como a los vecinos de Irán porque tanto sirve para obtener combustible para una central nuclear como para una bomba atómica. Salehí también dijo que ya tienen "más de 6.000 centrifugadoras activas", una cifra superior a la recogida en el último informe de los inspectores de la ONU.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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