Degollados siete corderos en un robo de ganado en Lleida
Los Mossos d'Esquadra investigan el sacrificio en un descampado de las afueras de Linyola (Pla d'Urgell) de siete corderos que previamente habían sido robados en una granja de Castellserà, a 12 kilómetros de distancia. El propietario de la explotación, Josep Vidal, ha denunciado la sustracción de un total de 19 animales. Las denuncias por robo de animales en las zonas rurales han aumentado en los últimos dos años, coincidiendo con la crisis económica.
El pasado martes, una patrulla de la policía autonómica descubrió al lado de un camino de Linyola siete corderos decapitados, de los cuales cinco habían sido descuartizados en el mismo lugar dejando sólo la cabeza, las patas y las vísceras. Otros dos estaban enteros y tenían las patas atadas. Los animales llevaban el sello de la explotación de Vidal, que cuando efectuó el recuento echó en falta otros 12.
El alcalde de Linyola, el independiente Joaquim Mir, atribuye este tipo de robos a la crisis. "Han venido muchas familias extranjeras, la mayoría del Magreb, y no tienen trabajo. Esto empeorará", advierte.
Vidal teme que los ladrones puedan volver a actuar en cualquier momento en su granja, en la que tiene 1.100 ovejas en edad reproductiva, ya que está alejada 1,5 kilómetros del núcleo urbano. El granjero está indignado y se siente impotente. "Es muy triste lo que está pasando ahora", señala. "Uno se mata trabajando para poder vivir y los sinvergüenzas me hacen esto. Lo que más me ha indignado es que dejaran dos corderos abandonados". Vidal afirma no tener ninguna duda sobre el origen de los ladrones: "Los corderos fueron sacrificados según el rito musulmán. Aquí se hace con una punción, mientras que en su rito les cortan el cuello en redondo".
