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Primer fármaco eficaz contra las células que resisten a la quimioterapia

Javier Sampedro

La principal hipótesis actual en oncología es que los tumores crecen a partir de células madre del cáncer: una célula adulta especializada (diferenciada, en la jerga) se des-diferencia y recupera su primitivo estado de célula madre, con una alta capacidad de proliferación. Las quimioterapias actuales pueden destruir gran parte de un tumor, pero no a las células madre que lo han generado, y que por tanto pueden regenerarlo.

Esta situación empieza a cambiar hoy. Los equipos de Robert Weinberg, del Massachusetts Institute of Technology (MIT), y Eric Lander, del Instituto Broad de Boston, presentan en Cell el primer fármaco dirigido específicamente contra las células madre del cáncer.

La dificultad con estas células es que son muy escasas -una sola bastaría en teoría para regenerar un tumor-, pero los científicos han hallado una forma de seleccionarlas y amplificarlas en el laboratorio. Gracias a eso han podido probar sobre ellas una biblioteca de 16.000 compuestos químicos, y hallar 32 que las atacan de forma específica, esto es, sin dañar a otros tipos de células.

El más prometedor de todos ellos -por su eficacia y viabilidad técnica- es la salinomicina. Utilizado en cultivos celulares, este fármaco mata a las células madre del cáncer de mama unas 100 veces más que la quimioterapia más común en la actualidad (el Taxol o paclitaxel). Las células madre tratadas con salinomicina también pierden, tras ser inyectadas en un ratón, gran parte de su capacidad para provocar nuevos tumores.

Aún es pronto para plantear ensayos clínicos en humanos. Los científicos ni siquiera saben cómo funciona la salinomicina. Se sabe que el compuesto tiene propiedades antibióticas, pero parece muy improbable que ésa sea la causa de su acción antitumoral.

"Hasta ahora, las terapias racionales contra el cáncer se han diseñado contra las alteraciones genéticas específicas de las células tumorales", dicen los científicos. "Los nuevos resultados indican que hay un segundo enfoque que también puede ser útil: buscar agentes que ataquen fases específicas de la diferenciación de las células cancerosas".

Las terapias futuras, proponen los investigadores de Boston, pueden ofrecer mayores oportunidades para individualizar los tratamientos al tipo concreto de tumor y paciente. Podrán tener en cuenta sus peculiaridades genéticas, por un lado, y también las fases concretas de diferenciación que muestran sus células en el momento del diagnóstico.

Más de la mitad de los cánceres ya se curan, y los oncólogos confían en ir aumentando ese porcentaje combinando diferentes terapias, y adaptándolas en lo posible a cada tipo de tumor. No parece que haya atajos.

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