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Salud

En la piel del padre

El 'método canguro' tranquiliza y estimula a los recién nacidos por cesárea

Ana Pantaleoni

"Pase a esta habitación, sáquese la camisa y póngase la bata sin abrochar", dice la enfermera con voz firme. Son las 11.41, en el hospital Joan XXIII de Tarragona. Liberto está a punto de conocer a su primera hija, Thelma, que ha nacido por cesárea. Casi cuatro kilos. Sin poder articular palabra, el padre coge a Thelma y se la pone en su torso desnudo. Mientras tanto, la madre, María del Mar se encuentra en la sala de reanimación tratando de recuperarse de la anestesia.

Liberto está cortado, pero la emoción le puede. La niña se siente a gusto en sus brazos. "En los casos en los que practicamos una cesárea, damos la opción al padre de ponerse piel con piel con su bebé. Está demostrado que con este método sienten el calor, regulan la temperatura y lloran menos", afirma Marisa Fortes, supervisora del área de obstetricia y ginecología del hospital.

"Háblale con tu voz, que la conoce", le dice la enfermera al progenitor

El piel con piel o método madre canguro consiste en llevar al recién nacido pegado al pecho para que se establezca un continuo contacto. El sistema, ideado en 1979 en Colombia y difundido universalmente en la década de los noventa, se ha expandido por todo el mundo y sus ventajas para los recién nacidos han sido demostradas científicamente.

En este hospital catalán han decidido desde hace un año darles una oportunidad a los padres. Durante la primera hora de vida, los recién nacidos están muy atentos a los estímulos externos. Thelma mueve su cabeza y chupa la mano que todavía sabe a líquido amniótico. Pero abandona la mano y empieza a reptar. De pronto, se engancha al pezón y empieza a chupar.

Llora y vuelve a pegarse a la piel de su recién estrenado papá. Hay poca luz en esta sala vieja y azul con una camilla y un sofá. Liberto mira a su hija. "¿La tengo bien cogida?", pregunta a la enfermera. Entre la emoción y la situación, no sabe qué decir.

Sólo algunos padres rechazan la propuesta del hospital. "Algunas culturas se muestran reacias al piel con piel como es el caso de los chinos. Ellos prefieren que los niños estén en la cuna", explica Fortes, "aunque a veces les convencemos". El número enorme de cesáreas que se practican en España plantea la necesidad de humanizar una intervención que está excesivamente medicalizada. Uno de cada cuatro partos es una cesárea. Tras la intervención quirúrgica, la madre necesita un tiempo para recuperarse.

"La diferencia es que antes el padre era un espectador y ahora ya no. Está con el bebé antes que la propia madre", explica la enfermera. El método padre canguro se extiende. "Hay estudios que demuestran que al estar piel con piel con el padre controlan mejor la temperatura y aunque no pueden mamar luego se cogen mejor al pecho materno", argumenta Carmen Pallás, jefa del servicio de neonatología del hospital 12 de Octubre de Madrid. "No es que mamen, es que el niño chupetea el pezón por su instinto de succión".

En el Joan XXIII hace más de un año que han estrenado este programa, y en otros centros españoles como en el hospital 12 de Octubre, ya están acomodando un espacio y comprando sofás para ponerlo en práctica. En Sant Joan de Déu practican el método canguro, tanto con la madre como con el padre o los familiares, con los bebés prematuros pero no con los que nacen a término.

El hecho de que el bebé succione del pecho del padre es calificado por el doctor de la Vall d'Hebron Josep Pere Poch como "una anécdota" dentro de un contexto más amplio. "Si el niño al nacer encuentra un ambiente más cálido que en una cuna, le ayuda a adaptarse. Mamar es un reflejo", dice.

"Háblale con tu voz, que la conoce", le dice la supervisora al padre. Edurne, la comadrona más joven del hospital, le explica a Liberto que la madre está bien y que pronto pasarán a otra habitación para estar los tres. Entonces Thelma abandonará a su padre para alimentarse del pecho de su madre.

La niña ha nacido por cesárea. Mientras la madre se recupera, el padre la pone sobre su pecho. Succionar es un reflejo.
La niña ha nacido por cesárea. Mientras la madre se recupera, el padre la pone sobre su pecho. Succionar es un reflejo.JOSEP LLUÍS SELLART

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Sobre la firma

Ana Pantaleoni
Redactora jefa de EL PAÍS en Barcelona y responsable de la edición en catalán del diario. Ha escrito sobre salud, gastronomía, moda y tecnología y trabajó durante una década en el suplemento tecnológico Ciberpaís. Licenciada en Humanidades, máster de EL PAÍS, PDD en la escuela de negocios Iese y profesora de periodismo en la Pompeu Fabra.

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