"La cultura es un escudo que protege a Buenos Aires"
Facundo Gómez Minujín, 44 años, casado, tres hijos, es un banquero muy informal. Preside el JP Morgan en Argentina, pero dedica parte de su tiempo a dirigir ArteBa, la feria de galerías de arte contemporáneo que ha ido ganando espacio y fama en Buenos Aires hasta convertirse en un auténtico "evento" porteño. La 18ª edición abrió el 21 de mayo, con 18.000 metros cuadrados de exposición y 70 galerías argentinas e internacionales.
Facundo es un banquero informal de aspecto y de formación, y tal vez por eso consigue quitarse de encima la sospecha que levanta en el mundo hoy cualquier banquero "formal", e inspirar confianza. Tiene curiosidad, sentido del humor y una gran capacidad para relacionarse con el mundo del arte. Quizás porque es hijo de una gran artista argentina, Marta Minujín, reina de las performances en los años setenta y una de las referencias del movimiento inspirado por el Instituto Di Tella, que a finales de los sesenta transformó el mundo de las artes plásticas y visuales en Argentina. Hasta que llegó un general, Onganía, y lo cerró. "Lo increíble es que había colas de cuadras y cuadras, con gente común, que acudía al Instituto a ver lo que sucedía. La gente estaba preparada para esas expresiones culturales. Eran los gobernantes los que no estaban preparados", comenta.
El presidente de JP Morgan en Argentina dirige la feria de arte ArteBA
¿Cómo va la crisis económica? "En este país es la clase media la que va a seguir sufriendo todos los golpes. Lo único que importa es lo que van a votar cuatro o cinco distritos del conurbano bonaerense. Ahí están los votos que deciden, así que la clase media, en Buenos Aires y en todo el país, va a seguir recibiendo los golpes. Ya no decide nada, como sucedía antes". ¿Y como es posible que la ciudad, Buenos Aires, esté tan llena de vida? "Quizás porque es el interés cultural el que actúa como un escudo que protege a la ciudad". Más de 100.000 personas irán a ver ArteBa: visitarán los espacios de las galerías y acudirán a los debates. ¿Comprarán? "Unos sí y otros, muchos, no. Van porque la gente quiere ir a ver qué pasa. No se quieren perder el evento, saben que algo pasa allí y quieren estar presentes". Para los que quieren comprar y tienen poco dinero está el Barrio Joven, un espacio con 18 galerías dedicadas a artistas "requetequejóvenes", cuyas obras tienen un precio límite: por 2.000 pesos (unos 400 euros) es posible llevarse un original.
El banquero confiesa que se relaciona mejor con los artistas que con los galeristas: los aspectos comerciales le llenan menos que el debate artístico, al que está acostumbrado desde la infancia. ¿Cómo no se dedicó al arte? "Yo veía a mi madre trabajar de sol a sol y pensé que el arte exigía demasiada dedicación. Prefiero la economía y la abogacía. Deja más tiempo libre", se ríe. Tiempo libre para recorrer el país en moto, otra de sus grandes pasiones, con dos amigos de la secundaria. O para llegar a casa y preparar un asado. "Me encanta, aunque desde hace algún tiempo pongo casi más verduras que carne o chorizos a asar. Me temo que ahora todos comemos menos carne y más verduras. Está riquísimo", bromea. En esa comida, en el agradable claustro del céntrico convento de Santa Catalina, los dos hemos optado por un menú de pescado... "por cambiar".
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