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La policía halla pruebas contra los acusados de asesinar a Marta

Los restos de sangre de la adolescente en la chaqueta y en la cama de su ex novio dan la clave para resolver el caso

Javier Martín-Arroyo

El juez instructor del caso por la muerte de la joven sevillana Marta del Castillo dispone de "pruebas sólidas e irrefutables", según la policía, recabadas contra los cuatro imputados de supuesto asesinato. Miguel Carcaño golpeó supuestamente a Marta en la cabeza y dejó múltiples restos de sangre de su ex novia: en la chaqueta donde se guardó el arma del crimen (un cenicero según él) antes de arrojarla al río, pero también en la colcha de su cama, la silla del escritorio y la mesa de ordenador en su dormitorio, escenario donde Miguel presuntamente atacó a la adolescente.

Además de otras pruebas pendientes de análisis por la policía científica, un indicio fundamental es que los tres jóvenes involucrados en el crimen (Miguel, su amigo íntimo Samuel Benítez y el menor Francisco Javier G. M. de 15 años) coincidieron en llevar a los investigadores por separado y en diferentes días a un mismo punto desde el que supuestamente arrojaron al río a Marta, en el puente junto al Charco de la Pava en Sevilla. Por ello, la policía piensa "al 99,9%" que el cadáver se encuentra en aguas del Guadalquivir.

El papel jugado en el crimen por el hermano mayor de Miguel, Francisco Javier D. M., guarda de seguridad de profesión y con una hija, parece decisivo a tenor del auto de prisión del magistrado instructor, Francisco de Asís Molina. Mientras los jóvenes arrojaban a Marta al río envuelta en una manta, el hermano mayor se afanaba en limpiar la casa para hacer desaparecer restos y huellas. Para su imputación como cómplice ha sido decisiva la declaración del menor, cuyo relato resulta extremadamente creíble para el juez.

Samuel, Miguel y su hermano Francisco Javier D. M. están ya en prisión por orden del juez. Otro magistrado envió al menor a un centro cerrado, ya que suministró el coche de su madre para transportar a Marta y durante tres semanas encubrió el supuesto asesinato hasta su detención.

El jefe superior de la policía en Andalucía Occidental, Enrique Álvarez Riestra, aclaró ayer las lagunas que faltaban para completar el relato de esta trágica historia: Miguel golpeó a Marta en el dormitorio y frente a su hermano la envolvió en una manta con la ayuda de Samuel.

La investigación ha sido muy laboriosa porque desde el comienzo hubo testigos fiables que aseguraban haber hablado con la chica, y sus testimonios apuntaban a una posible fuga de la adolescente. Finalmente, el afán de Miguel por librarse del cenicero con el que supuestamente golpeó a Marta fue fundamental para la investigación, ya el joven llevó hasta el río el cenicero en su chaqueta, lo que la impregnó con el ADN de la joven.

Ese día, en el puente, Miguel cogió el cuerpo de Marta por los brazos y Samuel por las piernas antes de arrojarla al río. La incógnita de si Marta respiraba entonces es vital para acusarles de asesinato, homicidio o detención ilegal. Y sólo se resolverá si el río quiere devolver a Marta.

Mientras, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla fletarán cinco autobuses para ir a la concentración que la plataforma Caso Marta del Castillo celebra hoy en Madrid, donde exigirán la cadena perpetua bajo el lema ¡Queremos Justicia!

La chaqueta de Miguel tenía ADN de Marta.
La chaqueta de Miguel tenía ADN de Marta.JAVIER BARBANCHO

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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