Calañas se moviliza contra el autor del atropello mortal

"Fuera del pueblo". "Asesino". "Una muerte vale 6.000 euros". Algunos vecinos de Calañas (Huelva, 4.500 habitantes) no han aceptado la resolución judicial que dejó en libertad bajo fianza el pasado jueves al presunto autor de la muerte de Ramón Cuaresma, el joven con minusvalía física cuyo cuerpo fue hallado a 10 kilómetros de la localidad el 23 de noviembre tras ser atropellado.

Los mensajes en forma de pintadas aparecieron en la fachada de la casa del detenido por la muerte de Cuaresma, Diego Fernández, de 31 años, que salió en libertad tras pagar 6.000 euros de fianza. "Los vecinos no lo quieren en el pueblo", reconoce el alcalde de la localidad, Fernando Recio (PSOE). El sábado se organizó una manifestación en el pueblo a la que acudieron 1.000 personas. El domingo, según la Guardia Civil, entre 150 y 200 personas cercaron la casa de Fernández.

"Estoy pidiendo calma, pero la gente está muy nerviosa", dice el alcalde

El alcalde asegura que no puede impedir este tipo de "reuniones pacíficas" y cree que "para calmar los ánimos, Diego debería marcharse del pueblo unos días". Por eso pedirá hoy una orden de alejamiento. "Los vecinos la han solicitado al Ayuntamiento, yo la remitiré a la Subdelegación del Gobierno... este pueblo siempre ha sido muy tranquilo pero Ramón era muy querido...", añade.

Por su parte, el abogado del acusado, Rafael Villegas, censuró lo que le está ocurriendo a su cliente. Ayer declaró en la cadena SER que se querellará contra todas las personas que están haciendo "la vida imposible" a su cliente. También denunciará en la Fiscalía de Menores que el hermano pequeño de Fernández, que tiene ocho años, no quiere acudir al colegio "por miedo". También dijo que denunciaría al mismo alcalde de Calañas "por consentir los actos vandálicos".

El cuerpo de Cuaresma fue encontrado accidentalmente por dos motoristas entre la maleza de unos matorrales a la mañana siguiente de su desaparición. La autopsia reveló que la causa de la muerte fue un gran golpe en el cráneo, producido por un atropello. Villegas entiende que Cuaresma ya se hallaba tendido en el suelo cuando fue atropellado, "por lo que podría tratarse de un suicidio". Esta teoría, en el pueblo, ha sentado muy mal. "Eso no se lo cree nadie. Estoy pidiendo calma pero la gente está muy nerviosa", dice el alcalde, que añade: "No puedo impedir que la gente se reúna para pedir justicia".