Un viaje a los orígenes del arte

El antropólogo Jesús Altuna, el mayor conocedor de las pinturas rupestres de Ekain, no tiene dudas sobre el incomparable valor arqueológico que contiene esta cueva, porque permite apreciar las primeras manifestaciones del arte pictórico. "Así era el arte en sus orígenes", afirma. Toda esa belleza creada hace ya 13.000 años, plasmada en pinturas rupestres que representan caballos, bisontes, ciervos, cabras,... se halla desde hoy al alcance del público en la réplica que se ha construido en Zestoa.

La inauguración de esta instalación, cuya finalización ha sido posible después de 11 años de trabajos y una inversión de unos 9,5 millones de euros, contó ayer con la presencia de numerosas autoridades, de la viuda de Andoni Albizuri y de Rafael Rezabal, los dos descubridores de la gruta original en 1969, así como de Renaud Sanson, autor de la copia.

El lehendakari Ibarretxe, cuya asistencia a la inauguración estaba en el aire, acudió finalmente a Zestoa con retraso tras cumplir antes con otros compromisos. Visitó la réplica y declaró después que supone "un cordón umbilical invisible" entre el pasado y el futuro del pueblo vasco. Miren Azkarate, consejera de Cultura, afirmó que el objetivo de la neocueva resulta doble: "Proteger y conservar la cueva original y difundirla a través de Ekainberri". La diputada guipuzcoana de Cultura, María Jesús Aranburu, destacó la recompensa que ha supuesto la declaración por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Y Rafaela Romero, presidenta de las Juntas, deseó que se pueda disfrutar "pronto" de las cuevas de Altxerri, en Aia, y se estudie realizar también una réplica de las mismas.