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La ONU se hace cargo de la misión europea en Kosovo

Los soldados españoles seguirán en el territorio, pero dentro de la OTAN

La Unión Europea y la OTAN encontraron ayer una salida jurídico-diplomática al complejo rompecabezas de Kosovo. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha acordado una reconfiguración de la misión de Naciones Unidas en la autoproclamada república independiente para dar cobertura, bajo su tutela, a la discutida misión que había lanzado la UE (Eulex). Rusia clamó contra la decisión de Ban Ki-moon.

Simultáneamente, la OTAN llegó a un acuerdo para desmantelar la policía kosovar y formar un cuerpo de seguridad de nueva planta controlado por civiles. Ninguna de las decisiones prejuzga el estatus final del territorio. España seguirá en Kosovo dentro de la OTAN, pero se mantiene fuera de Eulex y no participará en la instrucción del futuro organismo de seguridad interna.

La Constitución de Kosovo, que se proclamó independiente de Serbia en febrero pasado de forma unilateral, entra en vigor el domingo, ocasión que las autoridades de Pristina pensaban aprovechar para convertirse en gestores absolutos del territorio. Entre sus planes figuraba el demandar la transferencia de poderes y mandatos de la misión de la ONU (UNMIK, que ha administrado el territorio desde 1999) a Eulex.

En una carta de Ban Ki-moon a las autoridades de Belgrado y de Pristina, a la UE y al Consejo de Seguridad, el secretario general de Naciones Unidas señala que la independencia y la Constitución han cambiado de forma sustancial la situación en Kosovo. Ante esas nuevas circunstancias, y en vista de que no ha habido acuerdo en el Consejo de Seguridad sobre el modo de proceder, Ban escribe: "Es mi intención reconfigurar la estructura y perfil de la presencia internacional en Kosovo hacia una que permite a la UE asumir un papel operativo reforzado en Kosovo, de acuerdo con la resolución 1.244".

El plan fue pactado con todas las partes, excepto con Moscú, que reaccionó con furia ante el golpe de mano diplomático, calificado de ilegal por el Kremlin. Con la nueva reconfiguración, la UE continuará su despliegue progresivo de Eulex, aunque subsumido baja el paraguas de UNMIK. Eulex cuenta por ahora sólo con alrededor de un centenar de efectivos de los 2.200 previstos para tareas de formación de policías, jueces y otros funcionarios. Este acuerdo permite la continuidad de Naciones Unidas bajo el escaparate de UNMIK, aunque el grueso de su fuerza sea de la UE. "Hay una ambigüedad deliberada en todo el proceso", señala una fuente diplomática. "Se ha preferido controlar a los kosovares, que querían la desaparición de UNMIK".

Cortado el nudo gordiano diplomático en Naciones Unidas, también sobre el terreno hubo movimiento. La OTAN se puso de acuerdo para formar a la nueva Fuerza de Seguridad de Kosovo (KSF), que debe sustituir a la actual policía (Cuerpo de Protección de Kosovo, KPC), en la que se reciclaron los que un diplomático europeo todavía llama "terroristas de Kosovo". La Alianza se encargará del desmantelamiento del KPC y de la selección y formación del personal de la KSF, que estará constituido por un máximo de 2.500 efectivos bajo control civil y será profesional, multiétnico y dotado sólo de armas ligeras. Debería comenzar a estar operativo de aquí a un año. Con él se busca un cuerpo que contribuya al orden interno sin suponer una amenaza para Serbia.

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De la formación e instrucción de esta fuerza se encargarán unos 250 militares procedentes de los diversos países aliados, entre los que no estarán España y algún otro país europeo. Madrid, que no ha reconocido la declaración unilateral de independencia de Kosovo, mantiene su posición ambigua: conserva sus alrededor de 650 soldados en KFOR por creerlos necesarios para la estabilidad del territorio, pero no contribuirá ni a Eulex ni a la formación de la KSF.

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