El Vaticano toma el pulso a Cuba
Benedicto XVI invita a trabajar por la "comprensión, misericordia y reconciliación" - El secretario de Estado del Papa visita la isla tras la renuncia de Fidel Castro
Aleluya. Tras la sorpresiva renuncia de Fidel Castro y cuando todo el mundo espera cambios en la isla, la diplomacia vaticana será la primera en tomar el pulso a la revolución cubana.
Bertone será el primer dignatario en estrechar la mano al nuevo presidente
Con el país en absoluta calma, pero hirviendo las incertidumbres y expectativas en la calle y seguramente también en las alturas, el secretario de Estado de la Santa Sede, Tarcisio Bertone, desembarcó la noche del miércoles al jueves en La Habana con varios ases debajo de la manga: será la primera personalidad extranjera en estrechar la mano del nuevo jefe del Gobierno; hablará en directo a los cubanos por televisión; será recibido o no por el compañero Fidel, lo que en cualquier caso servirá de termómetro; y al marcharse rezará por una posible excarcelación de presos, que será también un buen indicador.
El cardenal Bertone comenzó ayer su visita reuniéndose con los obispos cubanos, a quienes entregó un mensaje del papa Benedicto XVI, en el que les invita a trabajar por la "comprensión, misericordia y reconciliación". Aunque sin mencionar explícitamente la actual situación política, las palabras del Papa son toda una declaración de principios, en sintonía absoluta con la actitud de diálogo constructivo que desde hace años defiende la Iglesia de la isla.
El viaje del número dos del Vaticano, para conmemorar el que realizó hace 10 años Juan Pablo II, debía haberse producido a finales de enero, coincidiendo con las fechas en que lo hizo el pontífice polaco. Por fortuna o por gracia divina -si es así, oportunamente convocada- se aplazó para estas fechas, del 20 al 26 de febrero. Una casualidad muy útil. Nadie suponía entonces que Fidel Castro renunciaría el martes a todos sus cargos de Gobierno en un mensaje a la nación; pero, en cambio, sí tenía fecha fijada la reunión de la Asamblea Nacional para elegir un nuevo Consejo de Estado.
Es el domingo próximo, y todas las quinielas indican que Raúl Castro será el elegido. Aunque no fuera el jefe del Ejército sino otro dirigente más joven el santificado, como el vicepresidente Carlos Lage, de 56 años, es seguro que Bertone será el primer alto dignatario extranjero que estrechará la mano del nuevo gobernante de Cuba. Una bendición que, desde luego, no le vendrá nada mal.
En este finísimo ajedrez, el Gobierno cubano, el Vaticano y la Iglesia cubana juegan sus cartas, y obviamente encima de la mesa están viejas reclamaciones eclesiales, entre ellas el acceso a la educación y a los medios de comunicación. Anoche Bertone tuvo la oportunidad de dirigirse a los cubanos por el principal canal de televisión, que emitió en directo su primera misa, celebrada en la plaza de la catedral de La Habana. Este raro privilegio de hablar en vivo y sin cortapisas a las masas desde la televisión estatal lo tuvo el papa Juan Pablo II, en 1998, el ex presidente Jimmy Carter, dos años después, y pocos más.
Bertone celebrará, además, misas en Santa Clara y Guantánamo y viajará a Santiago de Cuba, donde visitará el santuario del Cobre, lugar donde se encontrará con jóvenes y fieles para conmemorar el décimo aniversario de la coronación de la Virgen del Cobre, patrona de Cuba. No menos simbólico será el acto del sábado: la inauguración de un monumento dedicado a Juan Pablo II en Santa Clara, ciudad donde hasta ahora reinaba un único santo revolucionario, el Che Guevara. El Che y el papa Wojtyla... dos trenes, dos mitos contrapuestos y juntos, en momentos cruciales de Cuba.
El cardenal ofrecerá el lunes una cena a las autoridades cubanas en la sede de la nunciatura. Estará la plana mayor del nuevo Gobierno, el que tiene la responsabilidad de llevar a Cuba hacia el futuro y de introducir unos cambios muy mentados, pero que siguen siendo un misterio. Nadie sabe cuáles son, ni su ritmo, ni en lo que derivarán, suponiendo que comiencen.
El lunes Fidel Castro no será ya comandante en jefe, sino simplemente el compañero Fidel, pero aun así no se descarta que reciba al cardenal Bertone, con quien ya se entrevistó en 2005, cuando era arzobispo de Génova. El verdadero estado de salud de Fidel Castro, como el papel político que desempeñará a partir de ahora, continúan envueltos en la neblina, de ahí que la entrevista o la no-entrevista cobre relevancia.
En fin, ambiente de incertidumbre y secretos, muy a lo vaticano, y todo trufado con expectativas, mitras, inercias, cansancios, maniobras políticas, copones divinos y lujosos brocados, mientras ajenos los cubanos esperan que pase algo. Algo.
El termómetro de las excarcelaciones
Hace 10 años, poco después de la visita de Juan Pablo II, las autoridades cubanas correspondieron al histórico viaje con el "gesto humanitario" de liberar a unos 300 presos, aproximadamente la mitad de ellos políticos. Se da por seguro que en esta ocasión también habrá liberaciones.
Analistas y diplomáticos creen que la medida pudiera beneficiar a un considerable número de disidentes presos, sobre todo teniendo en cuenta la reciente excarcelación de cuatro opositores enfermos del Grupo de los 75, en un claro gesto hacia España.
Antes de su llegada a la isla, el secretario de Estado vaticano, Tarcisio Bertone, aclaró que su visita tenía objetivos eclesiales y no políticos. Pero sin duda, además de los avances que pueda lograr en lo relativo a las reclamaciones históricas del Vaticano, su viaje reforzará a la Iglesia católica cubana en la nueva etapa pos-Fidel. En esencia, los temas en la agenda Iglesia-Estado son los mismos que hace 10 años:
- Acceso a los medios de comunicación. Tras el viaje de Juan Pablo II mejoró el acceso a la radio, pero sigue siendo escaso.
- Autorización para que más sacerdotes y monjas extranjeros trabajen en la isla. En la actualidad el personal religioso, para una población de 11 millones de habitantes, asciende a unas 1.200 personas.
- Permiso para construir nuevos templos. En la actualidad existen 523 templos, 1.500 casas de misión y dos seminarios.
- Acceso al sistema educacional. La Iglesia perdió los colegios de sus órdenes en 1961, cuando se nacionalizó el sistema de enseñanza.
- Necesidad de la Iglesia de extender su labor pastoral y humanitaria fuera de los templos. Después de la visita del Papa, se declaró feriado el 25 de diciembre y se autorizaron las procesiones católicas fuera de los templos.
- Mayor acceso a las cárceles: la Iglesia pretende oficiar misas en las prisiones.
El culto en la isla
- La Iglesia católica tiene en Cuba ocho diócesis, 523 parroquias,
dos seminarios, 1.500 casas de misión, 92 congregaciones religiosas y 1.200 sacerdotes y diáconos.
- El país alberga 54 templos evangélicos, dos iglesias ortodoxas, cinco sinagogas, una liga islámica, 1.400 espacios espiritistas y 1.000 asociaciones fraternales, según datos oficiales.
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