Las tensiones de Arco'08
Comienza el certamen tras una polémica criba de galerías y entre vientos de recesión
Ni la feria es pública, ni está obligada a promocionar el arte español. En su segundo año al frente de Arco, su directora, Lourdes Fernández, ha defendido hasta el hastío que "Arco es una plataforma centrada en crear un mercado sólido". Un escaparate que, a partir de hoy, y hasta el domingo, presentará las propuestas de las 257 galerías -70 españolas y 187 extranjeras- participantes en la vigesimoséptima edición. Dos amenazas planean en el día de su inauguración: el posible efecto en las ventas de la sombra de recesión económica y la polémica provocada por las galerías excluidas en el proceso de selección.
Una veintena de galerías españolas presentes en 2007 han sido rechazadas en esta edición. Y un centenar de las que han participado alguna vez en Arco se han visto excluidas de la cita en los últimos ocho años. Todo un mazazo en términos de visibilidad, prestigio y cuenta de resultados.
"El certamen logra autofinanciarse", asegura la directora de la feria
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El temporal por la criba se desató en septiembre, tras conocerse la decisión del comité de selección de Arco. Las galerías rechazadas protestaron con un manifiesto en el que calificaron su exclusión de "atropello". Exigían una cuota de un 50% de galerías españolas en cada edición de Arco: consideraban ésta una feria financiada con dinero público.
La semana pasada reiteraron en una carta abierta su oposición a una medida que corta "una vía de acceso al exterior vital para los creadores plásticos". "Hay artistas emergentes que están en galerías españolas y no van a ser visibles en su propio país", se lamenta Ramón García Alcaraz de My Name's Lolita, uno de los excluidos este año.
Según estimaciones del sector, Arco puede representar entre el 15% y el 20% de las ventas anuales de una galería. Hay quien eleva ese porcentaje hasta el 80%. Carmen de la Calle, que expuso nueve años consecutivos en el certamen y desde hace cuatro no consigue pasar la línea de corte, no mide el perjuicio en términos de facturación, sino por los contactos y el prestigio que aporta.
Mientras tanto, la directora de Arco rechaza de plano el pretendido carácter público de la cita y recuerda que es un consorcio en el que participan la Comunidad, el Ayuntamiento y la Cámara de Comercio e Industria de Madrid (cada uno en un 31%), además de Caja Madrid (con el 7% restante), y que estas cuatro instituciones forman parte de los órganos de gobierno del recinto ferial. Las ferias no reciben subvenciones: "Arco se autofinancia. Tenemos un presupuesto de siete millones de euros que procede de nuestros patrocinadores y expositores", dice Fernández. Las galerías excluidas también se han quejado de que las decisiones del comité de selección, formados por 12 galerías (ocho españolas y cuatro extranjeras) elegidas por Ifema, no son transparentes ni están suficientemente razonadas.
Eduardo Arroyo, uno de nuestros artistas más internacionales, remitió ayer su opinión en contra del procedimiento al artículo firmado por él en octubre de 2007 en Babelia: "Se tiene que cambiar el jurado, mezclarlo con personas menos implicadas y se tiene que recortar su poder. Querida Lourdes [directora de Arco], demasiados amigos integran esta cruel e inapelable corte".
Fernández asevera con rotundidad que "los criterios de selección han sido los mismos en los últimos 27 años" y alude a una estricta cuestión de oferta y demanda la necesidad de cribar las solicitudes recibidas.
Para esta edición, Arco recibió 543 de todo el mundo, frente a las 440 de 2007 o las 391 del año anterior. Desde hace cuatro años, el número de galerías extranjeras no ha dejado de aumentar, al contrario de lo que ha sucedido con las españolas.
Muchos empiezan a ver como inevitable la necesidad de que el mercado se segmente y en paralelo a Arco se desarrollen más ferias, tal y como sucede en Basilea, y en su sucursal estadounidense en Miami. "Hasta hace poco Arco no tenía tan claro su posicionamiento, pero desde la pasada edición y, desde luego en ésta, quiere asentar su lugar en la última vanguardia internacional. Este año hay 68 galerías españolas en el programa general y el año que viene, presumiblemente, habrá menos", augura Gema Lazcano, directora de Art Madrid, feria nacida en 2006, que mostrará la obra de 80 galerías en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo madrileña del 12 al 17 de febrero.
Refugio de turbulencias
Mientras los líderes de los siete países más ricos lanzaban oscuros agüeros sobre un panorama económico con ecos de recesión y bolsas en caída libre, el pasado fin de semana las casas de subastas Sotheby's y Christie's contabilizaban en Londres los últimos récords alcanzados durante los días anteriores. Christie's ingresó en sus dos subastas (arte impresionista y moderno, por un lado, y de posguerra y contemporáneo, por otro) 224 millones de libras (unos 298,24 millones de euros), en las que 23 artistas rompieron sus techos de cotización.Los buenos resultados de las subastas confirman la buena salud del negocio del arte que ya había trascendido en las dos grandes ferias del otoño: Frieze en Londres y Art Basel Miami. A falta de datos de ventas -que ninguna feria, tampoco Arco, facilita de forma oficial-, los organizadores de Frieze señalaron que las ventas de los galeristas habían sido "más fuertes que nunca". ¿Crisis en el mercado del arte? ¿Qué crisis?Lourdes Fernández, directora de Arco, señala que las turbulencias en otros mercados tocan "de forma tangencial" al de arte: "Actúa como valor refugio, por lo que, aunque la Bolsa vaya mal, puede beneficiarnos".Perono vale todo. Juan Várez, consejero delegado de Christie's en España, indica que los clientes cada vez son más selectivos: "Si una pieza se queda sin vender, suele ser por una razón de sobreprecio o de calidad". Por eso ya no basta un nombre para asegurar una buena venta. Además de Bacon, en las subastas de Christie's de la semana pasada también triunfaron Gerhard Richter, Lucio Fontana y Jean-Michel Basquiat. Sin embargo, un pequeño retrato de Mao realizado por Andy Warhol en 1973 no recibió ni una sola puja. "Se va a piezas importantes", señala Pablo Melendo, consejero delegado de Sotheby's en España.
Babelia
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