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Colecta para el nuevo transformador

A 200 euros por vecino. Los habitantes de un tramo de los sectores cuatro y cinco de la Cañada Real, unos 4.000, siguen sin luz. Su transformador, comprado por ellos hace 15 años, está quemado. Ahora hacen una colecta casa por casa para comprar uno nuevo. Ya lo tienen pedido. Llegará el sábado. Sólo que seguramente hasta el martes no estará listo. Los vecinos que ocupan la zona de Valdemingómez y un trecho del camino hacia Rivas recuperaron la luz, y lo que es más importante, la posibilidad de calentarse, ayer a las cinco de la tarde.

La gente se frota las manos en el camino flanqueado de construcciones que conduce hasta las urbanizaciones de Rivas Vaciamadrid. "Por la noche hiela", dice uno de ellos, tocado con una gorra roja. Junto a él, Miguel Martín, el enfadado presidente de la asociación de vecinos. Martín quiere "contadores legales" y argumenta que "en la zona de Coslada ya los tienen". De ese modo tendrían un suministro eléctrico reglado por las compañías. Ahora enganchan su transformador a un poste.

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La luz vuelve a la Cañada

A unos 500 metros de la casa que derribó el Ayuntamiento el pasado mes, Marian enseña su recibo del impuesto de bienes inmuebles: 187 euros. Lo zarandea en el aire y exige una solución para las 40.000 personas que viven ilegalmente en la Cañada Real Galiana.

Por lo pronto, quien ya ha construido su casa es Abdel, el marroquí a quien se la derribaron. También la furgoneta con la que se gana la vida, reparada de las pedradas, está aparcada en la puerta.

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