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Reportaje:TEATRO

Samuel y Beckett

Javier Vallejo

Guardo dos imágenes de Beckett. Una, tomada desde abajo, abruma. Es el autor que puso punto final a la historia del teatro. Después de él, no hay camino, dicen. Me he aburrido viendo montajes de obras suyas oscuros y tortuosos, planos como Las Landas, hechos desde una admiración sin límites. Beckett no admite reverencias. Es un hombre parco en palabras, que las clava. Su teatro, tan económico de medios, es pura complicación. Para montar Días felices, por ejemplo, hacen falta una actriz, un actor y una montaña de arena, nada más. Pero si la actriz no es grande y el director de primera, el espectáculo naufraga a los diez minutos: Beckett (1906-1989) es un triángulo de las Bermudas que no cesa de cobrarse víctimas. Como el centenario de su nacimiento pasó con sordina, los festivales de Otoño, Temporada Alta y Madrid Sur hacen la celebración del Sombrerero Loco y en este 101º aniversario tiran la casa por la ventana. Entre los tres han programado cuatro becketts, dirigidos respectivamente por Martin Wuttke, Ángel G. de la Aleja, Deborah Warner y Peter Brook, por orden cronológico. Wuttke dirige y protagoniza Primer amor, De la Aleja hace una relectura de Final de partida, Warner monta Días felices con Fiona Shaw y Brook compone un retablo con las piezas breves Rockaby, Come and Go y Fragmento de Teatro I, la pantomima Acto sin palabras II y el poema Neither.

Fragments, el espectáculo de

Brook, es un beckett de bolsillo, en pantuflas, irónico, con momentos afiladamente divertidos, en la antípoda del Días felices que presenta Deborah Warner en la inmensa nave de despiece ovino del Matadero de Madrid. El director del Théâtre des Bouffes du Nord tutea al autor irlandés sin faltarle al respeto, lo explora sin intentar explicarlo, lo sirve con ligereza. La directora británica lo presenta con gran envoltorio. Su Winnie, cabeza parlante semienterrada, es el único vestigio de vida en un paraje devastado por el cambio climático.

El protagonista de Primer amor, un joven que, cada noche, recibe a una mujer en el banco donde duerme desde que fue expulsado de la casa paterna, le va como anillo a Martin Wuttke, actor, ex director del Berliner especializado en personajes obsesivos, al borde del precipicio. En Despobladores, Ángel G. de la Aleja revisa Final de partida a la luz de la relación de amor odio que Beckett mantuvo con Joyce. "Cuando Joyce, ciego e incapaz para desenvolverse en lo cotidiano, necesitó quien le leyera lo que andaba escribiendo, Beckett, se prestó a desempeñar ese papel", dice el director manchego. "Hamm, ciego y en silla de ruedas es el autor de Dublineses, y Clov, el joven Beckett, describiéndole el mundo".

Primer amor. Girona. Auditori de La Mercè. 6 de octubre. Despobladores. Fuenlabrada. Teatro Josep Carreras. 7 de octubre. Parla. Teatro Jaime Salom. 19. Happy Days. Madrid. Teatro del Matadero. Del 16 al 21 de octubre. Fragments. Madrid. Teatro de La Abadía. Del 10 al 14 de noviembre. Girona. Teatre de Salt. 17 de noviembre.

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Sobre la firma

Javier Vallejo
Crítico teatral de EL PAÍS. Escribió sobre artes escénicas en Tentaciones y EP3. Antes fue redactor de 'El Independiente' y 'El Público', donde ejerció la crítica teatral. Es licenciado en Psicología, en Interpretación por la RESAD y premio Paco Rabal de Periodismo Cultural. Ha comisariado para La Casa Encendida el ciclo ‘Mujeres a Pie de Guerra’.

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