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Entrevista:MICHEL BARNIER | Asesor de Sarkozy y ex ministro de Exteriores | Elecciones presidenciales en Francia

"Ségolène está presa de la fractura entre los socialistas por el referéndum europeo"

Michel Barnier, de 56 años, ex comisario europeo, ex ministro de Exteriores del Gobierno de Jean Pierre Raffarin, puesto que perdió con el no francés a la Constitución europea, es el asesor de Nicolas Sarkozy en política internacional. Tiene muchas posibilidades de ocupar de nuevo el Ministerio de Exteriores si el candidato de la derecha gana el domingo las elecciones.

Europeísta hasta la médula, explica cómo el programa de Sarkozy contempla para este mismo año la redacción de un "tratado simplificado" que recogería las partes I y II del Tratado Constitucional Europeo (TCE), más algunos puntos de la parte III, de modo que se pueda aprobar por vía parlamentaria en 2008, durante la presidencia portuguesa de la Unión Europea y permita reactivar el proyecto europeo.

En una conversación con un grupo de corresponsales, Barnier, que no esconde su malestar por la manera en que Jacques Chirac le retiró la cartera de Exteriores, reconoce que la política internacional está bastante ausente del debate político francés, aunque apunta que Sarkozy ha sido el único que durante la campaña ha concedido una conferencia de prensa sobre política extranjera. "Sobre Europa", apunta, "Ségolène Royal era prisionera de su partido, de la fractura que se produjo cuando el referéndum. Ha adoptado una línea que los más europeístas del Partido Socialista no aceptan, que es la de un nuevo referéndum, lo que en realidad es una concesión a los noístas".

Según Barnier, sobre el tema europeo Sarkozy ha aplicado el pragmatismo desde el primer momento. "Francia tiene que dar una primera señal a Europa y esta señal es el tratado simplificado, que recoja la mecánica del funcionamiento de las instituciones; la caja de herramientas. Aprobaríamos por vía parlamentaria una buena parte de la totalidad del TCE que han ratificado 18 países. Aprobar una parte de lo que ya han aprobado no plantea ningún problema. Consistiría en las partes I y II del TCE y algunas cosas de la parte III".

"La valentía de Sarkozy", apunta Barnier, "es que dice las cosas por adelantado, de modo que damos por supuesto que si es elegido hay un mandato sobre este asunto. Ya en junio se podría elaborar este nuevo tratado que incluso podría ser aprobado durante la presidencia portuguesa, de modo que todo quede cerrado en 2008 y permita que en 2009, con la presidencia francesa y las elecciones europeas se pueda reactivar el proceso. No hablamos de un nuevo tratado único que sustituya al Tratado de Roma, como pretendía hacer el TCE, sino de un tratado que se suma a los otros, una especie de Niza II. Lamentablemente, el TCE es un texto útil pero inutilizable".

Hecho esto, con la caja de herramientas para funcionar, Barnier considera que hay que entrar en "una segunda fase" de la reactivación europea a lo largo de 2009. "Debe producirse un debate obligatoriamente; habrá que renovar la Comisión Europea y habrá elecciones al Parlamento europeo". Para ello, apunta el asesor de Sarkozy, los grandes partidos europeos deben provocar un debate sobre el futuro, aunque sea precedido por un debate en la nación.

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Este debate podría centrarse, según Barnier, en una idea del que fuera diputado y gran europeísta Philippe Herzog, "que sugiere una nueva Acta Única que se centre sobre el desarrollo equitativo y duradero de Europa, la dependencia energética, la investigación e incluso un Barcelona II

[en referencia a la conferencia euromediterránea]". Un proceso que debería desembocar en 2010 cuando se sometiera a consulta popular esta nueva Acta Única.

"Sarkozy quiere una Europa política", asegura Barnier. "No tengo ninguna duda de que se integrará bien en el Consejo Europeo", concluye.

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