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Reportaje:

Clama al cielo

Otra rotura de una tubería prolonga el corte del suministro de agua en Jerez hasta 46 horas

Jerez soportó ayer la rotura de una segunda tubería. El suministro de agua estuvo cortado hasta las 15.30 horas en varias zonas de la ciudad. En los barrios más castigados sufrieron la ausencia del servicio durante 46 horas. Bares cerrados y negocios con nula actividad son algunas de las consecuencias del reventón de la arteria principal de abastecimiento, que es competencia de la Agencia Andaluza del Agua, registrado en la tarde del martes. En la calle, sonoras quejas de los usuarios. Mientras, entre los muros de Villa Milagrosa, varias monjas atienden a 60 ancianas con un único recurso: un pozo con agua que prefieren no llevar a la boca.

"Llevamos desde el martes a las cuatro de la tarde sin agua", decía resignada la madre superiora, sor Ana, a mediodía de ayer. En Villa Milagrosa, en la barriada jerezana de Picadueña, viven 16 hermanas de la Caridad que atienden, de manera provisional, a un total de 60 ancianas. "Están remodelando la residencia de Cádiz y, mientras, se han venido aquí con nosotras", explica. "Nos estamos abasteciendo durante estos días con agua de un pozo que tiene motor. Así nos apañamos para asearnos y lavar la ropa y, además, compramos agua para beber y guisar".

Aunque reconoce que tantas horas sin suministro ha sido "una pesadilla", sor Ana echaba mano ayer del sentido del humor. "No nos ha faltado agua en ningún momento", carcajeaba. "A cada rato entraba en la casa una de las ancianas que venía de la calle con una garrafa de cinco litros".

Las religiosas llegaron a pedir ayuda a la empresa municipal Aguas de Jerez, desde donde les ofrecieron un camión cisterna en el caso de que el problema no se resolviera a primera hora de la tarde. Finalmente no fue necesario. Pasadas las tres de la tarde, empezaba a salir agua de los grifos. "¡Por fin!", exclamaba la monja, quien volvía a relatar cómo se las habían apañado, pero ya con un tono muy distinto al de unas horas antes.

Se ponían así fin a 46 horas sin agua. El martes por la tarde estallaba la principal arteria de abastecimiento de la ciudad. Aguas de Jerez anunciaba el restablecimiento del suministro 24 horas más tarde.

Sin embargo, el servicio no llegó a todas las barriadas del municipio, que se despertó ayer con un nuevo susto. En hasta tres zonas distintas, los grifos volvían a estar secos. La alta presión utilizada para el relleno de la arteria principal provocaba la avería de una segunda tubería de menores dimensiones.

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"A lo mejor el llenado ha sido un poco precipitado por la sana intención de devolver el suministro lo más rápido posible", explicó el delegado municipal de Medio Ambiente, Francisco Lebrero. "No se puede meter a presión el nuevo fluido líquido sin evacuar previamente el gaseoso porque se vuelve a romper", argumentó.

Entre la confusión ciudadana se recuperaba la actividad en algunos negocios que habían tenido que dejar de atender al público. "Durante dos días enteros no he hecho caja", afirmaba María del Carmen Tocón, propietaria de una peluquería de la Urbanización El Pinar. "Algunos clientes no se iban porque la empresa de agua nos decía que volviéramos a llamar en una hora. Así nos hemos pasado dos días", espetaba.

Mientras, en el céntrico y concurrido bar La moderna hacían recuento. "Se me ha quemado el motor de la máquina del hielo. Tampoco iba bien el lavaplatos ni la máquina del café", lamentaba resignado Alfonso Pacheco, copropietario del local. "¿A quién pido responsabilidades y para qué?", se preguntaba antes de responderse: "Al final, me darán coba".

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