El presidente israelí, suspendido
El presidente de Israel, Moshé Katsav, ostenta aún el cargo, de mucho prestigio y poco poder, pero desde ayer no lo ejerce. Una comisión parlamentaria aprobó por 13 votos a favor y 11 en contra la petición del jefe del Estado de ser incapacitado temporalmente. Así Katzav, acusado provisionalmente de violación, acoso sexual y otros delitos, retiene la inmunidad. Pero un gran clamor exige su dimisión.
La incapacitación, de tres meses, no anula la posibilidad de que el Parlamento destituya a Katsav, quien ayer insistió en que está siendo víctima de una conspiración. La Kneset (Parlamento) debatirá la semana próxima si inicia el proceso para destituirle. Por ahora no existe el apoyo necesario -tres cuartos de los diputados del Parlamento israelí- para que prospere.
El fiscal general, Menahem Mazuz, quiere celebrar cuanto antes, si la defensa lo acepta, la vista en la que escuchará a Katsav para decidir si formaliza la imputación contra él.
La incapacitación del presidente Katsav ha colocado por primera vez a una mujer en la jefatura del Estado judío: la presidenta del Parlamento, Dalia Itzik, quien dijo que era consciente de la gran responsabilidad que asume.
Por su parte la diputada de Meretz Zehava Galon, que encabeza la campaña para destituir al presidente, se mostró indignada tras la decisión el comité de la Kneset, alegando que ni siquiera plantearon en la agenda el comienzo de un proceso de destitución contra Katsav.
"La decisión es un premio para un hombre acusado de violación", dijo la diputada Galon, añadiendo que "en lugar de tenerle entre rejas, este hombre acusado de violación obtiene el premio de seguir siendo presidente de Israel".
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